La amortización de acciones es un recurso de las sociedades mercantiles para reducir capital. ¿Pero cómo se ejecuta el proceso y qué consecuencias tiene?
Las acciones son las porciones alícuotas en las que se divide el capital social de una empresa. Los titulares de esas acciones son los accionistas, que pasan a tener un porcentaje de la propiedad de una empresa. Pero, por diversos motivos, una sociedad puede decidir reducir su capital. Aunque hay varias vías para conseguirlo, una de las más habituales es la amortización de acciones.
Es probable que el concepto de amortizaciones de acciones no te resulte familiar o que lo confundas con otros similares. A continuación, vamos a despejar todas las dudas al respecto abordando el tema desde una perspectiva directa y simplificada. Al lío.

La amortización de acciones es una operación realizada por las sociedades anónimas o comanditarias para reembolsar a sus titulares el valor de las acciones y proceder a su anulación, lo que conlleva una reducción del capital social. Es decir, que los accionistas perciben una cantidad económica determinada, se extinguen sus bienes de inversión y se disminuye el capital social de la empresa.
En palabras más sencillas, podemos decir que la amortización de acciones es un mecanismo financiero que utilizan las sociedades para ajustar sus acciones a la cifra del capital social resultante de una reducción. Y, ojo, porque tiene poco que ver con el proceso de amortizar activos.
La amortización de acciones sirve principalmente para reducir el capital de una sociedad. Según el artículo 317 de la Ley de Sociedades de Capital, la reducción de capital puede tener los siguientes objetivos:
Además, en las sociedades anónimas la reducción de capital también puede tener como finalidad la condonación de la obligación de realizar las aportaciones pendientes.
El mencionado artículo también establece cómo se ejecuta la reducción de capital. Hay tres vías:
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Las empresas suelen recurrir a la reducción de capital por amortización de acciones propias cuando están ganando dinero y no encuentran oportunidades de inversión al mismo tiempo que sus propias acciones cotizan a un precio que se considera bajo.
El proceso consiste en comprar acciones baratas de la empresa con su propio dinero para amortizarlas y suprimirlas. De esta forma, aumenta el dividendo y el beneficio por acción de la empresa, por lo que los accionistas salen ganando.
Como ya hemos visto, la reducción de capital de una sociedad es una operación mercantil para disminuir la cifra del capital social recogido en los estatutos de la empresa. El objetivo es reducir los recursos propios de una empresa generalmente para equilibrar el capital y el patrimonio neto de una sociedad tras atravesar una mala situación financiera.
Pues bien, la amortización de acciones es una forma de ejecutar la reducción de capital de una empresa. Es decir, que la amortización de acciones se produce como consecuencia de un proceso de reducción de capital social.
La Ley de Sociedades de Capital regula en sus artículos 318 y 319 cómo se tiene que tiene que realizar la reducción de capital social y, por tanto, la amortización de acciones. En concreto, el proceso sigue dos pasos:
La amortización de acciones tiene dos consecuencias principales. Por un lado, el accionista recupera el dinero invertido. Por otro, se eliminan total o parcialmente los derechos que se derivan de esas acciones. No obstante, si la amortización afecta a todas las acciones de la sociedad, se puede producir su disolución o su transformación en otro tipo de sociedad que se ajuste a la nueva cantidad del capital.
Las ventajas del proceso de amortización de acciones propias es que suele interpretarse como una señal positiva en el mercado y que favorece a los accionistas. Sin embargo, supone una pérdida potencial de liquidez y de flexibilidad a la vez que genera un coste económico.
Cuando la sociedad adquiere sus propias acciones las puede enajenar o amortizar. La amortización se ejecuta porque no se consiguen colocar en el mercado o porque así lo indica la ley con motivo de una infracción.
Por otro lado, la enajenación se produce por una decisión de la propia sociedad o por imperativo legal. En este caso, los beneficios o pérdidas que deriven de la diferencia entre el precio de adquisición y el de venta aumentan o disminuyen las cuentas de reservas.
Pero si se trata de acciones de la sociedad dominante, se meten dentro de la cartera “Inversiones en el patrimonio de empresas del grupo, multigrupo y asociadas” y la diferencia se imputa a resultados.
Veamos esto con dos ejemplos.
Imaginemos que la sociedad X, SA, ha recibido un paquete de acciones propias formado por 2.000 acciones cuyo calor de cotización es de 10 €. La empresa está constituida por 20.000 acciones con un valor de 9 €. El cálculo se realizaría de la siguiente manera:
CuentaDebeHaber(108) Acciones o participaciones propias en situaciones especiales20.000,00
(2.000 x 10)
(118) Aportaciones de socios o propietarios20.000,00
CuentaDebeHaber(100) Capital social18.000,00
(2.000 x 9)
(113) Reservas voluntarias900,00
(108) Acciones o participaciones propias en situaciones especiales20.000,00
Ahora nos vamos a la sociedad Y, SA. Esta empresa adquiere 5.000 acciones propias con un valor nominal de 10 € al 120% con unos gastos de adquisición de 1.000 €. Pasado un tiempo, vende 2.500 acciones propias al 110% con unos gastos de 500 €. Al final vende el resto de acciones propias al 200% con unos gastos de 900 €. El cálculo se realizaría así:
CuentaDebeHaber(108) Acciones o participaciones propias en situaciones especiales60.000,00
(5.000 x 10 x 120%)
(113) Reservas voluntarias1.250,00
(572) Bancos e instituciones de crédito c/c vista, euros61.250,00
CuentaDebeHaber(572) Bancos e instituciones de crédito c/c vista, euros27.000,00
[(2.500 x 10 x 110%)] - 500]
(113) Reservas voluntarias5.000,00
(108) Acciones o participaciones propias en situaciones especiales30.000,00
(2.500 x 10 x 120%)
CuentaDebeHaber(572) Bancos e instituciones de crédito c/c vista, euros49.100,00
[(2.500 x 10 x 200%) - 900]
(113) Reservas voluntarias
4.000,00(108) Acciones o participaciones propias en situaciones especiales (2.500 x 15 x 180%)30.000,00
(2.500 x 10 x 120%)
El proceso de amortización de acciones se regula de manera diferente en cada país. Para saber cómo se desarrolla, hay que consultar la normativa aplicable. En el caso de España, la Ley de Sociedades de Capital regula la reducción de capital social y, a través de ella, la amortización de acciones.
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