Existen diferentes tipos de sociedades civiles, pero ¿conoces la sociedad civil profesional? En este artículo te explicamos todo sobre ella.
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La sociedad civil es la forma que tienen los profesionales de unirse para trabajar de manera conjunta en un mismo negocio. Para ello, los socios ponen dinero o bienes y después se reparten las ganancias conseguidas. Existen, además, varios tipos: particular, privada y profesional.
Una sociedad civil profesional es una entidad jurídica en la que varios profesionales, casi siempre de la misma disciplina, se agrupan para llevar a cabo de manera conjunta una actividad profesional. Su actividad está regulada principalmente por la Ley de Sociedades Profesionales 2/2007, del 15 de marzo.
Las sociedades civiles profesionales tiene una serie de características:
Para comprender las principales diferencias entre ambas es necesario hacerlo desde tres puntos: jurídico, tributario y contable. Así lo explican desde el Bufete de Abogados Pardo Pérez.

Para constituir una sociedad civil profesional en España, es necesario aportar una serie de documentos, entre los que se encuentran.
Una vez que tenemos claro los documentos necesarios para la sociedad civil profesional, debemos saber claro los pasos a seguir.
Para operar en España como sociedad civil profesional, los pasos se resumen de la siguiente forma:
Son varias las ventajas de poner en marcha una sociedad civil profesional: se mejora la calidad del servicio y la especialización, porque profesionales del mismo sector se unen para trabajar juntos; el tipo de estructura da confianza a los clientes y socios comerciales; se reducen gastos al compartirse recursos como el personal administrativo o los espacios comunes y se tiene acceso a deducciones fiscales y otros incentivos aplicables a las actividades profesionales.
Mientras que las desventajas son: una responsabilidad ilimitada por las deudas de la sociedad, pueden generarse conflictos a la hora de distribuir beneficios y pérdidas, los costes de constitución y registro son elevados y existe una complejidad administrativa a la hora de construir y gestionar la sociedad, porque se debe cumplir con diferentes obligaciones legales y fiscales.
Por otra parte, las sociedades civiles profesionales tienen que cumplir con unas obligaciones fiscales como el impuesto sobre sociedades (25% sobre los beneficios), IRPF (atribución de rentas a los socios), IVA con declaraciones trimestrales y resumen anual, retenciones e ingresos a cuenta del IRPF por rendimientos del trabajo y actividades económicas; declaraciones Informativas sobre régimen de atribución de rentas y operaciones con terceros. Y, por último, realizar una contabilidad respecto al Plan General de Contabilidad.
Lo cierto es que tienen una serie de ayudas como la deducción por actividades de investigación y desarrollo, incentivos fiscales para la creación de empleo e incluso, exenciones en IVA para determinadas actividades profesionales.
Existen ejemplos de sociedades civiles profesionales en distintos sectores. Así, en el sector legal, nos encontramos con bufetes de abogados; en el sanitario, clínicas médicas, o consultorios de especialidades; en el industrial; consultorías de ingeniería civil o industrial o el sector financiero, despachos de contabilidad, entre otros.
Esta forma jurídica es clave para desarrollar una idea de negocio por parte de profesionales titulados y colegiados que quieren colaborar con otros para ofrecer sus servicios, compartiendo riesgos, responsabilidades y beneficios y teniendo una estructura más sencilla y menos costosa.
También es adecuada para pequeñas y medianas empresas que quieren una estructura sencilla, pero formal.
La sociedad civil profesional está orientada a la prestación de servicios profesionales y sus socios tienen responsabilidad ilimitada, mientras que en la limitada está enfocada en actividades mercantiles, con responsabilidad limitada al capital aportado.
Sí, la diferencia se encuentra en que una sociedad civil es una entidad con fines lucrativos, mientras que la asociación civil no.