¿Vendes en Amazon o tu web? Guía definitiva del IVA: diferencias entre ventas en España, UE y fuera de Europa, con ejemplos para no equivocarte.
El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es el impuesto indirecto que se aplica a todos los bienes de consumo y es uno de los más gravámenes más importantes para cualquier negocio.
En el comercio electrónico, el IVA tiene ciertas particularidades que debes conocer, especialmente si acabas de lanzar tu ecommerce o estás pensando en hacerlo: entenderlo y saber cómo aplicarlo correctamente te ahorrará más de un quebradero de cabeza.
En España, existen diferentes tipos de IVA (general del 21%, reducido del 10% y superreducido del 4%), pero cuando vendes online, especialmente si operas en varios países de la Unión Europea (UE), las normas pueden complicarse. ¿Tienes que aplicar el IVA español o el del país de tu cliente? ¿Qué pasa si vendes fuera de la UE? ¿Hay excepciones?
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El 1 de julio de 2021 entró en vigor una importante reforma del IVA para el comercio electrónico en la UE que cambió por completo la gestión que, hasta ese momento, se hacía del impuesto.
Estos cambios buscaban simplificar la fiscalidad de las ventas online y evitar la competencia desleal entre empresas europeas y extracomunitarias, en base a tres ítems principales: la ventanilla única, la eliminación de exenciones y la homologación de los umbrales para todos los países de la UE.
En España, la norma que establece cómo funciona la gestión del IVA en el comercio electrónico es la Ley 37/1992, del Impuesto sobre el Valor Añadido, que también establece cómo debes proceder en cuanto a este impuesto en función del tipo de cliente y el país del que provenga. Estas son las distintas casuísticas que te puedes encontrar:
Ejemplo: Si vendes un producto a un cliente en Francia por 200€ y superas el umbral, aplicarás el IVA francés (20%), no el español.

La obligatoriedad de declarar el IVA de las ventas online viene marcada por el tipo de actividad que genera la venta: si eres un particular que vende, de forma esporádica, artículos de su propiedad utilizando alguna de las plataformas online que existen a tal efecto, no es necesario que te des de alta como autónomo ni que declares dichas ventas. Por lo tanto, tampoco tienes que declarar y liquidar el IVA de las mismas.
Por el contrario, en el caso de que esto se volviese una actividad habitual, Hacienda podría considerar que se trata de una actividad profesional y, por lo tanto, tendrás que actuar como en cualquier otro negocio: alta en el régimen de autónomos, declaración de IVA y beneficios, etc.
Sin duda, uno de los sectores más afectados por la reforma del IVA de 2021 fue el dropshipping, la actividad mediante la cual el ecommerce actúa como intermediario entre un proveedor de gran tamaño y el cliente final, gestionando los pedidos y derivando al proveedor la logística y la entrega de los mismos.
En este caso, la gestión del impuesto difiere en función de dónde se encuentran tu proveedor y tu cliente:
También puede ocurrir que vendas productos de segunda mano a través de un modelo de dropshipping; en este caso no aplica el IVA, sino el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Otro caso diferente es que tanto el vendedor como el comprador sean profesionales inscritos en el Registro de Operadores Intracomunitarios (ROI), en cuyo caso las operaciones entre ambos no tendrán IVA.
Una vez que conoces todos los supuestos y sabes en cuál debes englobar tu actividad, la gestión del IVA en un ecommerce no difiere en gran medida de la que se realiza en cualquier otro tipo de negocio profesional.
Lo has hecho miles de veces y, la verdad, es que no tiene ningún secreto: el cálculo del IVA es el resultado multiplicar la base imponible por el tipo de IVA que le corresponda, según el tipo de producto que sea (en España, usualmente, será el 21%; en el caso de otros países debes consultar el tipo que te corresponde), según la siguiente fórmula:
Base imponible × (porcentaje de IVA ÷ 100)
Como vendedor, actúas como recaudador del IVA para el Estado, es decir, cobras el IVA al cliente final en cada una de tus ventas y, periódicamente, lo declaras y liquidas a la Agencia Tributaria, mediante el modelo 303 (trimestral o mensual).
Además, de forma anual debes presentar el modelo 390, que es una declaración informativa de lo que has presentado a lo largo de todo el ejercicio y cuyos importes, por tanto, deben coincidir punto por punto con los declarados en sus sucesivos modelos 303.
Si utilizas un software de facturación, como Holded, disfrutarás de una gestión de IVA mucho más sencilla, ya que el programa se encarga de rellenar todos los modelos de forma automática, minimizando la posibilidad de errores y facilitando los trámites.