Guía para facturar comisiones como profesional: desde el % pactado hasta su declaración en IRPF e IVA (con casos prácticos).
Facturar por comisión es una práctica muy habitual en sectores como las ventas, los seguros o la intermediación comercial. Sin embargo, muchos de estos profesionales se enfrentan a dudas sobre cómo deben emitir este tipo de facturas por comisiones correctamente y cómo tributar esos ingresos.
Vamos a aclarar todas tus dudas viendo qué es una factura por comisión, qué requisitos legales implica, cómo se declara ante Hacienda y qué epígrafes del IAE corresponden a esta actividad. Además, vamos a enseñarte un ejemplo práctico de factura por comisiones para que puedas aplicarlo a tu caso sin problemas.
{{banner-facturacion-1}}
La factura por comisión es un documento legal que emite un profesional o empresa cuando percibe una cantidad económica a cambio de haber intermediado en una operación comercial. Es decir, la factura por comisiones es común en actividades como la venta de productos por cuenta ajena, el asesoramiento en operaciones inmobiliarias o la captación de clientes para servicios de terceros.
A diferencia de una factura de venta directa, la factura por comisiones tiene que detallar el importe recibido en concepto de comisión. Aunque al final se trate de un intermediario, es obligatorio declarar estos ingresos por comisión y aplicar los impuestos que correspondan, como el IVA y el IRPF, si procede.
Una factura por comisiones debe reflejar claramente los siguientes elementos:
Si trabajas como autónomo, es importante que conozcas qué impuestos y gastos fijos tiene que pagar un autónomo en España para poder calcular bien el porcentaje de comisión que te convenga acordar con tus clientes.
Puedes emitir una factura por comisión siempre que hayas realizado una actividad de intermediación por la que se te haya prometido o acordado una retribución. Esto se aplica tanto si actúas como autónomo como si lo haces bajo una sociedad, siempre que la actividad esté correctamente registrada en Hacienda y cumpla con los requisitos legales establecidos.
Resumiendo, se considera facturable toda comisión generada por facilitar una operación comercial entre dos partes, ya sea captando clientes, promocionando un producto o servicio, o realizando una intermediación en un contrato.
Quieres conocer más sobre facturación? En este post te contamos acerca de la factura a origen.
Para facturar legalmente por comisiones, debes cumplir con las siguientes condiciones:
Al facturar por comisiones, asumes las siguientes obligaciones:
Si no eres autónomo, sólo puedes emitir una factura por comisiones en casos excepcionales, como actividades esporádicas que no se repiten en el tiempo y que no suponen tu fuente principal de ingresos. Pero, en estos casos también tendrás que darte de alta en Hacienda y cumplir con tus obligaciones fiscales puntualmente.
Tienes que tener en cuenta que emitir facturas de forma habitual sin estar dado de alta como autónomo puede derivar en sanciones. Por lo que si recibes ingresos recurrentes por comisiones, lo mejor es formalizar tu situación como trabajador por cuenta propia.
A la hora de declarar ingresos por comisiones, es clave inscribirse en el epígrafe correcto del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Vamos a listarte qué epígrafes están aceptados para comisionistas y agentes comerciales.
Una vez emitida la factura por comisión, es imprescindible declarar correctamente estos ingresos ante la Agencia Tributaria. Tanto si eres autónomo como si facturas a través de una sociedad, debes tener en cuenta las implicaciones fiscales en el IVA y el IRPF, y evitar errores que puedan acarrear sanciones.
Las comisiones están sujetas, por norma general, a IVA. El tipo impositivo más habitual es el 21 %, salvo si se trata de una actividad exenta, como por ejemplo, determinadas operaciones financieras o educativas.
Para declarar el IVA:
Si tu actividad está exenta, es importante dejar constancia de ello en la factura con una nota como: “Operación exenta de IVA según el artículo X de la Ley 37/1992”.
Además del IVA, si eres autónomo en estimación directa, debes aplicar una retención de IRPF en la factura, habitualmente un 15 %, o un 7 % si es tu primer año de actividad.
El IRPF debe declararse mediante:
Si facturas a través de una sociedad, no se aplica IRPF en la factura, pero los ingresos tributan en el impuesto sobre sociedades.
No declarar correctamente los ingresos por comisiones puede tener consecuencias importantes, como multas o recargos por realizar la declaración de forma incompleta o fuera de plazo.
Además, si no eres autónomo o no tienes un epígrafe válido, podrías recibir sanciones por facturar sin estar dado de alta y es posible que se te realicen inspecciones fiscales si hay discrepancias entre los ingresos declarados y las facturas emitidas.
Por eso, es esencial llevar una contabilidad ordenada y contar con asesoría fiscal si no se domina el proceso.
Vamos a ver un ejemplo de cómo debe estructurarse una factura por comisiones de forma correcta. Este modelo es aplicable a profesionales autónomos en estimación directa y sujetos a IVA e IRPF.
Ejemplo de factura por comisión de un agente comercial:
Este ejemplo es orientativo. Ten en cuenta que el porcentaje de IRPF puede variar según el perfil del profesional (7 % para nuevos autónomos, por ejemplo).
Esta factura por comisión puede realizarse fácilmente con herramientas de facturación como Holded, que automatizan el cálculo de impuestos y te permiten emitir facturas legales en segundos.
{{banner-facturacion-1}}
Las comisiones esporádicas tributan en IVA si la operación realizada no está exenta y el emisor de la factura no está excluido del impuesto. Aunque la actividad sea puntual, Hacienda exige que se repercuta el IVA correspondiente, salvo exención justificada.En esos casos, deberás darte de alta en el censo de empresarios y presentar el modelo 036, incluso si no estás dado de alta como autónomo en la Seguridad Social.
Las comisiones esporádicas también deben declararse en el IRPF. Si la actividad no es habitual, puedes emitir una factura con retención y tributar ese ingreso como rendimiento de actividades económicas. No obstante, si se repite en el tiempo, puede considerarse una actividad económica habitual.En ese caso, deberías darte de alta como autónomo para evitar sanciones.
La normativa no exige darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) si se trata de una actividad esporádica, puntual y los ingresos no superan el salario mínimo interprofesional. Sin embargo, si facturas regularmente o tus ingresos superan ese umbral, estarás obligado a cotizar.