¿Eres candidato a ser ERL? Descubre los 5 requisitos legales, trámites y diferencias con el autónomo tradicional (para que elijas con datos, no por intuición)
Seguramente hayas escuchado el término de emprendedor de responsabilidad limitada (ERL). El ERL es una figura jurídica que permite a los autónomos proteger su patrimonio personal frente a las deudas derivadas de su actividad profesional.
Esta forma legal es poco conocida, pero cuenta con importantes implicaciones, ya que ofrece una alternativa intermedia entre operar como empresario individual y constituir una sociedad mercantil.
Vamos a ver qué es un emprendedor de responsabilidad limitada, cuáles son sus requisitos legales, las diferencias con otras formas jurídicas y cómo puedes darte de alta bajo este régimen si consideras que es lo que mejor le conviene a tu negocio.
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El emprendedor de responsabilidad limitada es una figura jurídica que permite a los autónomos ejercer su actividad económica sin poner en riesgo su patrimonio personal, concretamente su vivienda habitual. Esta modalidad fue regulada en la Ley 14/2013, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, con el objetivo de fomentar el autoempleo y ofrecer una alternativa más segura frente al tradicional empresario individual.
En este caso, y ante posibles deudas derivadas de tu negocio no responderías con tus bienes personales, ya que esta figura te permite excluir ciertos activos de la responsabilidad, siempre y cuando cumplas con una serie de requisitos y obligaciones formales. El ERL debe inscribirse en el Registro Mercantil y requiere la presentación de cuentas anuales, lo que aporta una mayor transparencia.
La principal ventaja del emprendedor de responsabilidad limitada es que ofrece una protección legal parcial del patrimonio, sin necesidad de constituir una sociedad mercantil como una SL. No obstante, también implica ciertas obligaciones adicionales que debes tener en cuenta antes de optar por esta forma jurídica.
Optar por esta figura jurídica presenta una serie de beneficios relevantes para aquellos que quieren emprender con mayor seguridad jurídica. Desde una protección de tu vivienda habitual al acceso a financiación o una imagen más profesional de tu negocio. Vamos a ver todos las ventajas que ofrece ser emprendedor de responsabilidad limitada:
Aunque estar suscrito como empresario de responsabilidad limitada proporciona una protección interesante, también conlleva ciertas cargas y limitaciones que es importante valorar. Estas son las principales desventajas asociadas a esta figura:

El emprendedor de responsabilidad limitada combina lo simple del trabajador autónomo con una protección jurídica parcial sobre su patrimonio. Esta figura fue creada para facilitar el emprendimiento sin tener que asumir todos los riesgos personales asociados a una actividad económica.
A diferencia de una sociedad mercantil, el empresario de responsabilidad limitada actúa en nombre propio, pero con ciertas particularidades clave que lo distinguen del empresario individual tradicional.
Una de las principales características que definen a un emprendedor de responsabilidad limitada es que se trata de una persona física, es decir, siempre actúa como individuo, no como persona jurídica. No se trata de una sociedad, aunque sus obligaciones formales sean mayores que las de un autónomo estándar.
Además de la protección del patrimonio personal y la obligación de inscribirse como tal en el Registro Mercantil, de las que ya hemos hablado, el ERL tiene la obligación de formular y depositar sus cuentas anuales en el Registro Mercantil, como si fuera una sociedad, incluso si su volumen de negocio es reducido.
Además, debe acogerse a lo que se llama publicidad registral, es decir, el nombre del emprendedor debe incluir la mención “Emprendedor de Responsabilidad Limitada” o sus siglas (ERL) para informar a terceros de su condición jurídica.
Pese a estas obligaciones adicionales, el empresario de responsabilidad limitada tributa en el IRPF y cotiza en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), como cualquier otro trabajador por cuenta propia.
Estas características convierten al empresario de responsabilidad limitada en una figura intermedia entre el autónomo clásico y la sociedad limitada, lo que lo hace una opción perfecta para actividades profesionales con cierto riesgo patrimonial, pero que no requieren una estructura empresarial compleja.
Para acogerse a la figura del emprendedor de responsabilidad limitada, es necesario cumplir con una serie de requisitos legales y realizar ciertos trámites formales. Estos procedimientos están diseñados para garantizar la total transparencia de esta figura y para que la protección patrimonial que ofrece tenga validez frente a terceros.
Como ya hemos visto, el primer paso para operar como empresario de responsabilidad limitada es inscribirse en el Registro Mercantil de la provincia donde se desarrolla la actividad económica. Para ello, es necesario:
Una vez finalizados estos pasos, el emprendedor podrá comenzar su actividad bajo el amparo de esta figura jurídica.
Podemos afirmar que la característica más distintiva del empresario de responsabilidad limitada es que permite excluir del alcance de las deudas profesionales ciertos bienes, principalmente la vivienda habitual. Para que esta protección tenga efectos legales, es imprescindible:
Es importante destacar que solo se puede proteger una vivienda, y que esta protección no es válida si la propiedad ha sido adquirida de forma fraudulenta o si hay deudas con la Seguridad Social o Hacienda.
Una de las obligaciones clave del empresario de responsabilidad limitada es la de presentar sus cuentas anuales en el Registro Mercantil, incluso si no se trata de una sociedad mercantil. Esta medida busca dar transparencia a su situación económica y proteger a terceros que puedan tener relaciones comerciales con él.
Si se incumple esta obligación puede darse lugar la pérdida de la limitación de responsabilidad, por lo que es fundamental cumplir con los plazos establecidos y mantener toda la documentación contable actualizada.
A efectos fiscales, el emprendedor de responsabilidad limitada tributa del mismo modo que un autónomo, ya que se trata de una persona física que ejerce una actividad económica. Esto significa que no se acoge al Impuesto sobre Sociedades, como haría una SL, sino al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Las principales obligaciones fiscales del empresario de responsabilidad limitada son las siguientes:
A pesar de contar con ciertas obligaciones mercantiles más exigentes que un autónomo, el empresario de responsabilidad limitada no tiene un régimen fiscal específico y mantiene los mismos derechos y deberes tributarios que cualquier trabajador por cuenta propia.
No obstante, esta figura sí puede tener ventajas desde el punto de vista patrimonial, al reducir el riesgo de que las deudas empresariales puedan afectar a su vivienda habitual.
La principal diferencia entre un autónomo y un emprendedor de responsabilidad limitada (ERL) está en el grado de protección del patrimonio personal.- El autónomo responde con todo su patrimonio presente y futuro ante las deudas contraídas en el ejercicio de su actividad.- En cambio, el empresario de responsabilidad limitada puede excluir ciertos bienes, como la vivienda habitual, de dicha responsabilidad, siempre que se cumplan las condiciones legales establecidas.Además, el empresario de responsabilidad limitada está sujeto a obligaciones formales adicionales, como pueden ser la inscripción en el Registro Mercantil, la presentación anual de cuentas y la indicación de su condición jurídica en su nombre comercial.Por lo demás, ambas figuras tributan en el IRPF, cotizan en el RETA y pueden desarrollar las mismas actividades económicas.Si estás valorando opciones, también puedes consultar este análisis sobre si te conviene más ser autónomo o SL.
La limitación de responsabilidad del emprendedor de responsabilidad limitada permite proteger determinados bienes personales, principalmente la vivienda habitual, frente a posibles deudas derivadas de su actividad profesional. Esta es la esencia principal de esta figura jurídica.Para que esta protección tenga efecto legal, deben cumplirse varias condiciones:- La vivienda habitual debe estar expresamente declarada e inscrita como bien excluido en el Registro de la Propiedad.- El emprendedor debe estar inscrito en el Registro Mercantil como ERL.- Debe cumplir anualmente con la presentación de cuentas en dicho registro.Esta limitación no cubre todas las situaciones, ya que existen ciertos casos en los que la protección patrimonial no se aplica, como si se tienen deudas por impagos con Hacienda o con la Seguridad Social, actos negligentes registrados por el emprendedor o falta de cumplimiento con las obligaciones formales de la figura de empresario de responsabilidad limitada.En resumen, esta protección ofrece una ventaja clara frente al autónomo tradicional, pero no es absoluta ni automática: requiere un cumplimiento estricto de los requisitos legales para que sea efectiva.
Cualquier persona física mayor de edad que desarrolle una actividad económica o profesional por cuenta propia puede acogerse a la figura del emprendedor de responsabilidad limitada, siempre que no esté inhabilitada legalmente para ejercer el comercio.En concreto, pueden ser empresarios de responsabilidad limitada los autónomos individuales que ya estén dados de alta y quieran proteger parte de su patrimonio; los profesionales que ejercen por cuenta propia, como abogados, arquitectos, asesores, etc., y los nuevos emprendedores que desean iniciar una actividad con cierta cobertura legal sobre su vivienda habitual u otros bienes.Cabe destacar que no pueden ser empresarios de responsabilidad limitada las personas jurídicas, es decir, sociedades mercantiles como una SL o una SA. La figura del emprendedor de responsabilidad limitada está reservada exclusivamente a individuos.
Aunque la figura del emprendedor de responsabilidad limitada ofrece una vía legal para proteger determinados bienes personales, como ya hemos visto esta limitación no es total y absoluta. Existen situaciones concretas en las que la protección patrimonial no es válida y el emprendedor deberá responder con todos sus bienes.Los principales casos en los que no se aplica la limitación de responsabilidad son:- Deudas con la Administración Pública, como Hacienda o la Seguridad Social. En estos casos, la vivienda habitual puede embargarse si no se saldan las obligaciones.- Actuación negligente grave por parte del emprendedor. Si se demuestra mala fe en la gestión, no se aplicará la protección.- Falsedad o error en la declaración de bienes excluidos, o si no estos no están correctamente inscritos en el Registro de la Propiedad.Por tanto, para que la limitación de responsabilidad funcione correctamente, es imprescindible que el empresario de responsabilidad limitada cumpla estrictamente con los requisitos formales y actúe con diligencia en el ejercicio de su actividad profesional.