La retención de talento en el sector de las asesorías es un reto real. Sobrecarga de trabajo, tareas repetitivas y la percepción de que es un sector poco atractivo son factores que muchas veces juegan en contra.
Sin embargo, es un sector que apuesta fuerte por la digitalización y que se está reinventando. Necesita este talento para avanzar. ¿Cómo se puede convertir una asesoría en un lugar atractivo donde los profesionales quieran quedarse, crecer y aportar valor?
Al final, trabajar en una asesoría no va solo de facturas y contabilidad. Es acompañar a pymes y cómo un negocio crece porque tú le has dado las claves para hacerlo bien. Y eso, cuando empiezas tu carrera, motiva: saber que tu trabajo tiene un impacto real en la vida de las personas que confían en ti.
El sector no para de cambiar: surgen nuevas herramientas, cambian las normativas y aparecen formas distintas de trabajar. Todo eso abre oportunidades para aprender y crecer profesionalmente.
Detrás de esa imagen de sector tradicional hay un espacio lleno de retos: adaptarse a cambios constantes, aprender a manejar nuevas tecnologías y encontrar soluciones creativas para clientes que dependen de ti.

Con la digitalización, las asesorías necesitan perfiles diferentes a los de siempre.
Ya no basta con dominar la contabilidad o la fiscalidad: ahora hacen falta personas capaces de sacar partido al software, interpretar datos para tomar decisiones estratégicas y, cada vez más, profesionales con un enfoque consultivo que sepan acompañar al cliente de forma cercana.
Esto no solo enriquece el servicio que ofreces, también convierte tu despacho en un lugar mucho más dinámico, donde conviven distintas habilidades y perspectivas.
Innovar no significa reinventar constantemente todos los procesos. Puede ser tan simple como implementar herramientas que automaticen tareas repetitivas, liberar tiempo para dedicarlo a lo estratégico, o cambiar la forma en la que se trabaja con los clientes.
Una cultura de innovación nace cuando el equipo siente que puede cuestionar el “esto siempre se ha hecho así y proponer nuevas maneras de trabajar.
En Holded tenemos la suerte de trabajar con una comunidad de asesorías que ya están dando este paso: nuestros Partners. Despachos que creen en una nueva forma de trabajar, más digital, más innovadora y colaborativa. Ellos son la prueba de que el sector puede reinventarse y convertirse en un lugar donde el talento no solo se retiene, sino que también se siente orgulloso de crecer.
En Accountex, Nelson Bastos, Partner Sales Manager, tuvo la oportunidad de moderar una mesa redonda con David Martínez, CEO de Cratevo, Javier Díaz, CEO de Exentys y Laura Río, Directora fiscal de PQS. Nos contaron algunas de sus experiencias para retener el talento en su equipo:
En el caso de PQS han implantado una hora de focus, para que el equipo pueda centrarse en avanzar trabajo sin interrupciones como llamadas, mensajes o alguna visita de un compañero a tu mesa. Esta hora empieza con una campana y termina con el café de media mañana. Esta rutina, que puede parecer poco convencional, ayuda a evitar el burnout y a crear un ritmo sostenible de trabajo. Además, refuerza la sensación de control sobre la jornada y mejora la calidad del trabajo, evitando la acumulación de estrés derivada de estar siempre “disponible” para todo y para todos.
Exentys nos explicaba que han implantado la jornada intensiva durante ocho meses al año, excluyendo únicamente los períodos de mayor carga, como los cierres de trimestre o las presentaciones de impuestos. Con esta medida buscan romper con la percepción de que trabajar en una asesoría implica jornadas interminables y poca conciliación. Al contrario, demuestran que es posible organizarse de forma eficiente, proteger el tiempo personal y ofrecer un entorno laboral más equilibrado sin comprometer la calidad del servicio.
En definitiva, el salario es importante, pero no lo es todo, especialmente en un sector como el de las asesorías, donde históricamente se ha asumido que la única forma de retener talento era compensar la intensidad del trabajo con una nómina competitiva.
Hoy, sin embargo, cada vez más despachos están demostrando que todavía queda mucho margen para innovar y diferenciarse más allá del sueldo. Implantar horarios intensivos, reservar horas de focus sin interrupciones, flexibilizar la jornada, fomentar espacios reales de aprendizaje, modernizar procesos con tecnología o incluso rediseñar la cultura interna para que sea más humana son ejemplos de cómo se puede transformar un sector que durante años se percibió como rígido y poco adaptable.
Estas iniciativas no solo mejoran la calidad de vida de los equipos, sino que elevan la eficiencia, reducen la rotación y proyectan una imagen moderna que atrae a perfiles que antes ni siquiera contemplaban trabajar en una asesoría. La verdadera innovación, en muchos casos, no requiere grandes inversiones, sino analizar lo establecido y probar de hacer las cosas de otra manera. Y las asesorías que entiendan esto serán las que lideren el futuro del sector.