Domina el uso del ticket: descubre cuándo es válido, qué datos debe incluir para cumplir con la ley y cómo simplifica tu día a día.
La factura simplificada, conocida comúnmente como ticket, es la gran aliada de autónomos y empresas para operaciones al por menor o de bajo importe. Sin embargo, su uso conlleva una pregunta constante: ¿estamos cumpliendo correctamente con la ley al emitirla?
La normativa establece requisitos específicos sobre cuándo se puede utilizar y qué datos son obligatorios. Una emisión incorrecta no solo genera desorden, sino que puede acarrear sanciones en una inspección de Hacienda.
En este artículo te explicamos en qué supuestos es aplicable, los campos imprescindibles que debe incluir y cómo diferenciarla de una factura completa. Además, descubrirás cómo la digitalización con un software especializado puede automatizar este proceso, garantizando el cumplimiento legal y ahorrándote tiempo valioso desde el primer momento.
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Una factura simplificada es un tipo de factura que sustituye al tradicional ticket y que cumple con los requisitos legales para justificar una operación económica. La factura simplificada está regulada por el Reglamento de facturación (Real Decreto 1619/2012) y puede utilizarse en determinadas operaciones cuando el importe no supera ciertos límites.
Aunque en el lenguaje cotidiano aún se utiliza la palabra “ticket”, legalmente ya no existe como documento válido a efectos fiscales. Desde 2013, las operaciones que antes se justificaban con tickets deben documentarse con una factura simplificada si se quiere que tengan validez tributaria.
Este tipo de factura es habitual en operaciones con consumidores finales en actividades con ventas al por menor, hostelería, transporte o servicios en los que el cliente no suele solicitar una factura completa. La factura simplificada es válida tanto para registrar ingresos como para que el cliente justifique un gasto, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por la normativa.
La principal diferencia entre una factura simplificada y una ordinaria está en el nivel de detalle, es decir, la cantidad de información que deben contener, así como el uso y tipo de operaciones para las que se pueden emitir, habitualmente operaciones rápidas, de bajo importe o con particulares. Ambas tienen validez legal, pero no son intercambiables; por ejemplo, si el cliente necesita deducirse el IVA, necesitará una factura completa en vez de simplificada.
Vamos a ver en qué se diferencian una factura simplificada o ticket y una factura ordinaria.
Factura simplificadaFactura ordinaria (completa)Sustituye al antiguo ticketEs el modelo general de facturaciónContiene menos datos obligatoriosDebe incluir todos los datos fiscales del emisor y receptorNo requiere identificar al cliente (salvo que lo solicite o sea necesario deducir IVA)Siempre debe identificar al cliente con NIF y razón socialSolo puede emitirse en operaciones específicas y con límite de importeSe puede usar en cualquier operación, sin límite de importeNo permite deducir IVA salvo que se identifique al cliente y conste el desglosePermite la deducción del IVA soportado en todos los casosImporte máximo general: 400 € (3.000 € en sectores específicos)Sin límite de importeNo se detalla base imponible e IVA salvo que el cliente lo soliciteIncluye desglose completo de base imponible, IVA y total
Ahora bien, que una factura sea simplificada no significa que pueda incluir los conceptos que el emisor quiera, no todas las operaciones permiten el uso de una factura simplificada. La normativa establece condiciones concretas para poder emitirla, tanto en cuanto al tipo de actividad como al importe de la operación.
En general, solo se puede utilizar en operaciones en las que el cliente no exige una factura completa y cuando el importe no supera ciertos límites. Además, la factura simplificada debe contener unos datos mínimos para ser válida.
¿Quieres conocer cómo funcionan las facturas de canje? Te lo contamos todo aquí.
Para que una factura simplificada o ticket tenga validez fiscal, debe incluir obligatoriamente una serie de datos. Te dejamos cinco ejemplos de cómo hacer una factura para que te sea más sencillo ponerlo en práctica.
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Para que una factura simplificada sea válida, debe tener un importe máximo, que dependiendo del tipo de sector pueden ser 400€ o 3.000€.
Estos límites están establecidos en el artículo 4.2 del Reglamento de facturación (RD 1619/2012). Si se supera ese importe, deberá emitirse una factura ordinaria.
Aunque la factura simplificada está permitida en muchos casos, la normativa establece situaciones concretas en las que es obligatorio emitir una factura ordinaria. Utilizar una simplificada fuera de estos casos puede invalidar la deducción del IVA o generar problemas fiscales.
No se puede emitir una factura simplificada en los siguientes supuestos:
En todos estos casos se debe emitir obligatoriamente una factura completa con todos los datos fiscales del receptor y el desglose del IVA correspondiente, no será válida una factura simplificada o ticket.
Teniendo en cuenta toda la información anterior, vamos a ver cómo podemos realizar una factura simplificada o ticket de forma correcta para evitar sanciones.
Datos del emisor
Bar Cafetería Sol
CIF: B12345678
Calle Luna, 45 – 28013 Madrid
[email protected]
Factura simplificada nº: FS-2025/067
Fecha de expedición: 14 de mayo de 2025
Fecha de la operación: 14 de mayo de 2025
Forma de pago: Tarjeta
Descripción de la operación: Desayuno menú completo (café + bocadillo + zumo)
Importe total (IVA incluido): 8,00 €
IVA incluido en el precio (21%): Sí
Base imponible (desglosada a solicitud del cliente): 6,61 €
IVA (21%): 1,39 €
Observaciones:
Factura simplificada emitida conforme al artículo 4 del Reglamento de facturación (RD 1619/2012).
Hay que tener en cuenta que si el cliente lo solicita, deben incluirse también sus datos identificativos (nombre y NIF) para que pueda deducirse el IVA en su modelo 303.
Sí, pero solo si la factura incluye todos los datos exigidos por la normativa, especialmente los del receptor y el desglose del IVA. Es decir, una factura simplificada puede servir para deducir el IVA soportado siempre que el comprador sea empresario o profesional, se incluyan el documento NIF y el nombre del receptor y se identifiquen por separado la base imponible y la cuota del IVA.
Si la factura simplificada no contiene esta información, no será válida como justificante fiscal a efectos de deducción. En ese caso, el proveedor debe emitir una factura completa.
Es importante saber que la AEAT permite la deducción del IVA con factura simplificada solo si se cumplen estos requisitos, tal como establece el artículo 7 del Reglamento de facturación.
Cuando una factura simplificada no desglosa el IVA, se entiende que el importe total ya lo incluye, pero ese dato no es suficiente para deducir el impuesto salvo que también figure la identidad del receptor. En ese caso, la factura tiene valor como justificante del gasto, pero no como documento deducible a efectos de IVA.
Esto puede generar problemas si eres autónomo o empresa y necesitas justificar ese gasto en tus declaraciones fiscales. En ese caso, lo recomendable es solicitar al proveedor una factura ordinaria o pedir que se emita una factura simplificada con los datos del receptor y el desglose del IVA.
Si el IVA no está desglosado y no constan tus datos como receptor, no podrás incluir ese gasto en el modelo 303.
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Las facturas simplificadas deben tratarse con el mismo cuidado que cualquier otro documento contable. Aunque contienen menos información que una factura ordinaria, siguen siendo documentos fiscales válidos, siempre que cumplan los requisitos legales.
Recuerda conservar todas tus facturas simplificadas, tanto en formato papel como digital, ya que son justificantes válidos de gasto. Y si eres autónomo o empresa y necesitas deducir el IVA, verifica que el documento incluya tus datos fiscales y el desglose del IVA. Si no los incluye, solicita una factura completa.
Puedes utilizar un programa de facturación como Holded, que permite clasificar automáticamente este tipo de documentos, asignarles categoría de gasto y controlar su validez contable.
Pero recuerda que en tus modelos fiscales, como el modelo 303, no incluyas el IVA de tickets o facturas simplificadas sin desglose, ya que Hacienda podría denegar la deducción.