Te contamos todas las sanciones y multas de Verifactu, desde las económicas hasta las consecuencias indirectas que pueden paralizar tu negocio, para que puedas evitarlas.
La facturación electrónica con Verifactu ha llegado para quedarse, y con ella, un nuevo escenario de obligaciones y controles para autónomos y empresas. La Agencia Tributaria ha dejado claro que el incumplimiento no es una opción, estableciendo un régimen sancionador contundente.
Conocer los riesgos a los que te enfrentas es el primer paso para proteger tu negocio de penalizaciones que pueden ir desde fuertes desembolsos económicos hasta la exclusión de ayudas públicas.
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Esta es, sin duda, la infracción más grave y la que conlleva las sanciones económicas más cuantiosas. No basta con usar cualquier programa de facturación; debe ser un software válido y certificado que cumpla estrictamente con todos los requisitos técnicos de la AEAT, como Holded.
Además, se trata de una infracción que afecta tanto a los usuarios como a los comercializadores de estos programas. Si eres autónomo o empresa y emites tus facturas a través de un programa no certificado, te expones a una multa fija de 50.000 euros. Esta sanción no depende del volumen de facturación, es una cantidad fija y directa.
Por su parte, los desarrolladores y comercializadores de software que ofrezcan un sistema que no cumple con Verifactu se exponen a sanciones de 150.000 euros. Esta cifra refleja la responsabilidad que tienen estos agentes en el correcto funcionamiento del ecosistema de facturación.
Pero, ¿Por qué el software no válido es objeto de una multa tan elevada? La razón es fundamental: el sistema Verifactu se basa en la integridad y la seguridad de los datos. Un software no certificado puede permitir la manipulación de registros, alterar el contenido de las facturas después de su emisión o no generar el código QR obligatorio.
Esto socava por completo la finalidad de la ley, que es combatir el fraude y garantizar la trazabilidad absoluta de las operaciones. Por ello, la AEAT aplica la máxima dureza con esta infracción.
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Además de la multa por software no válido, los autónomos y empresas, los usuarios finales del sistema, se enfrentan a otras sanciones específicas por incumplimientos concretos.
Como hemos visto, es la infracción es la más importante. No confíes en programas "parcheados" o soluciones caseras. La AEAT publica un listado de software válido y es tu responsabilidad utilizar una solución que figure en ese registro. La multa de 50.000 euros es independiente de cualquier otra que pudiera derivarse de una inspección.
Cada factura debe incluir un código QR legible que enlace a la versión en la web de la AEAT. Omitirlo, o que los datos que contiene no se correspondan con los de la factura (importe, NIF, fecha), se considera una infracción grave. Las multas pueden variar, partiendo de un importe base de 1.000 euros por factura, pero pueden agravarse en función de la reincidencia y la intencionalidad.
El registro de facturas (Registro de Facturas Emitidas y Recibidas) es inalterable. Cualquier modificación, eliminación o acceso no autorizado a este registro una vez validada la factura constituye una de las infracciones más graves. Las sanciones pueden alcanzar los 150.000 euros, equiparándose a las que corresponden a la obstrucción a la labor inspectora.
Los proveedores de soluciones tecnológicas cargan con una gran responsabilidad y, por tanto, las sanciones a las que se exponen son proporcionales.
Ofrecer un programa que, aun estando certificado, no genera correctamente todos los elementos (QR, JSON-LD, registro de depuración) o no se actualiza para cumplir con las nuevas exigencias de la AEAT, puede acarrear sanciones que parten de los 10.000 euros y pueden llegar a ser mucho mayores, dependiendo del perjuicio causado a los usuarios.
Esta es la infracción máxima para un fabricante. Vender o publicitar un software como "compatible con Verifactu" sin contar con la certificación oficial de la AEAT conlleva la sanción fija de 150.000 euros, además de la obligación de indemnizar a los clientes afectados por las multas que estos hubieran podido recibir.
Más allá del impacto económico directo, incumplir con Verifactu abre la puerta a una serie de consecuencias que pueden ser letales para un negocio.
El proceso de inspección es metódico y se centra en la evidencia digital. Conocer sus fases te ayudará a entender la dificultad de ocultar un incumplimiento.
En cuanto a su origen, la inspección puede ser aleatoria o, de forma más común, provocada por una alerta en el sistema de la AEAT (análisis de riesgo) o por una denuncia. Lo sabrás porque recibirás una notificación oficial en la que se te comunica el inicio de un procedimiento inspector y el ámbito a revisar (en este caso, la facturación electrónica).
La AEAT te solicitará, de forma telemática, el envío de toda la información: registro de facturas emitidas y recibidas, copia de las facturas, y acceso al software de facturación para su verificación. Además, en algunos casos, puede haber una visita física a tus instalaciones para examinar "in situ" los sistemas y procedimientos.
Los técnicos de Hacienda analizarán tus registros digitales en busca de inconsistencias en las fechas, metadatos alterados, facturas modificadas a posteriori y, por supuesto, verificarán que el software utilizado está certificado.
Tras el análisis, se levanta un acta donde se detallan todas las irregularidades encontradas. Es un documento crucial. Dispondrás de un plazo para presentar alegaciones y defensa por escrito contra lo recogido en el acta y, finalmente, la AEAT emitirá la resolución definitiva, donde se impondrán, en su caso, las sanciones correspondientes.
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Ante una notificación de sanción, es fundamental actuar con rapidez y serenidad. Lo primero y más importante: no la ignores. Una notificación de la AEAT tiene plazos vinculantes.
Nuestra recomendación es que acudas a un profesional especializado (asesor fiscal o abogado tributarista), ya que ellos sabrán analizar el acta y la resolución para identificar posibles defectos de forma o fondo.
Con la ayuda de tu asesor, podrás argumentar tu caso por escrito dentro del plazo legal. Puedes intentar probar que el software sí era válido, que fue un error puntual o que existe una causa de fuerza mayor. Si las alegaciones no son admitidas, puedes interponer un recurso de reposición o, directamente, un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales de justicia.
Además, en muchos casos, la AEAT ofrece un descuento en la cuantía de la sanción si aceptas la resolución y pagas en un plazo breve: valora tus opciones y toma la mejor decisión para ti.
La mejor estrategia, sin embargo, es la preventiva. Implementar desde el primer día una solución de facturación fiable, certificada y que automatice todos estos procesos, como Holded, no es un gasto, es la mejor inversión para la tranquilidad y el futuro de tu negocio. Evita riesgos, cumple con la ley y centra tus esfuerzos en lo que realmente importa: hacer crecer tu empresa.
