La acción y desarrollo de cualquier empresa se ve afectado por una legislación y debe acotarse a las normativas de cada país. Por ello, las grandes empresas cuentan con un departamento jurídico, pero otras necesitan contratar una asesoría jurídica que les oriente en cuestiones legales y se encargue de realizar trámites en este campo.
En este artículo hablamos sobre qué es una asesoría jurídica, cuáles son sus funciones y por qué es importante para tu empresa contar con este tipo de servicios.

Una asesoría jurídica es una empresa o profesional del derecho que orienta y ayuda a otras empresas en todo lo relacionado con cuestiones legales. Es, por lo tanto, el servicio de un experto para ayudar a resolver trámites o adelantarse a problemas de índole jurídica que pueden surgir en una empresa.
Además, un asesor jurídico, se asegura de que el negocio esté cumpliendo la normativa laboral, mercantil o tributaria para evitar sanciones de las administraciones.
La labor principal de la asesoría jurídica es ayudar a la empresa a hacer frente a todas aquellas cuestiones relativas a las leyes y normativas que pueden suponer un problema legal si no se afrontan de la manera correcta. Entre los servicios de una asesoría jurídica destacan los siguientes:
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Existen tantos tipos de asesorías jurídicas como ramas del derecho ya que este tipo de servicio abarca asuntos relacionados tanto con las relaciones personales, como mercantiles y empresariales. Una asesoría jurídica de empresas puede orientar a los negocios en estas diferentes materias:
Es uno de los tipos de asesoría jurídica más utilizados por las empresas, ya que ofrece orientación en la constitución de sociedades mercantiles y todo lo que concierne a fusiones, adquisiciones y operaciones comerciales.
Este tipo de asesoría se especializa en la resolución de conflictos de tipo laboral como, por ejemplo, los despidos injustificados, las condiciones de cese de servicios, las demandas por discriminación laboral, el trabajo de las mujeres embarazadas y los problemas de acoso laboral, entre otros.
Orienta a las empresas en diferentes tipos de obligaciones y contratos en los que se ven involucradas las personas. Cuestiones relacionadas con el Derecho de Familia, las sucesiones, la responsabilidad civil, etc. En definitiva, todos aquellos trámites regulados por el Código Civil.
Un asesor jurídico que ofrece sus servicios a empresas multinacionales o que operan dentro de la UE, deberá conocer y dominar la normativa comunitaria y los tratados de comercio internacional para poder asesorar a sus clientes.
Esta área de asesoría también es muy importante tanto para las empresas como para autónomos, ya que les apoya en todo lo referente al cumplimiento de sus obligaciones tributarias y contables. Les ayuda a tramitar altas, bajas y modificaciones en el censo de tributarios, gestionar y realizar declaraciones de IVA, de IRPF e IRNR, etc.
Igual de importante es la asesoría en materia de derecho administrativo que se encarga de llevar las relaciones con las administraciones públicas, como la alteración de precios de concursos y las subastas públicas. También, incluye el derecho urbanístico y medioambiental, y ayuda a solventar problemas asociados a la ordenación del territorio y a la protección del medio ambiente.
Por último, este tipo de asesoría se encarga de la elaboración de la contabilidad de la sociedad en relación con las exigencias del Código de Comercio y al vigente Plan de Contabilidad. Ayuda a la empresa en trámites como la confección de las Cuentas Anuales Oficiales (Balance, Cuenta de Pérdidas y Ganancias, y Estado de Cambios en el Patrimonio Neto) y de los libros obligatorios de los Empresarios y depósito en el Registro mercantil.
Un buen asesor jurídico debe tener un alto conocimiento de las leyes vigentes así como una gran capacidad analítica y de actuación rápida.
Por otro lado, debe ser un profesional con buenos dotes de comunicación para ser capaz de explicar a sus clientes de una manera entendible y clara lo que deben hacer o a qué problema están haciendo frente. Además, esta profesión exige ser organizado y metódico en el trabajo, ya que se suele manejan un gran volumen de datos y plazos por cumplir. A continuación veamos un resumen de las principales competencias que un buen un asesor jurídico debería poseer:
En el día a día de cualquier empresa aparecen situaciones que necesitan asesoría jurídica previa, aunque a veces no seamos conscientes de ello y acaban convirtiéndose en un problema legal.
En este sentido, contar con el apoyo de un abogado te permitirá resolver y prevenir cuestiones de distintas índoles relacionados con aplicación de normativas, leyes y reglamentos que ocupan todas las ramas del derecho. Veamos algunos casos en los que como empresa vas a necesitar los servicios de una asesoría jurídica:
Hay asesorías jurídicas especializadas en defender los intereses de los negocios en procesos judiciales asegurando que se cumplen todos sus derechos.
Cualquier empresario debe estar al día de los cambios y modificaciones que se producen en todo lo relacionado con la legalidad de una empresa, aunque la gran mayoría no tiene tiempo para ello. Por ello, es tan fundamental la figura del asesor legal que se encarga de mantener la empresa al día y actualizada en estos temas.
Los asesores jurídicos también tienen como función intervenir en las negociaciones con los trabajadores asegurando que se cumplen los derechos y obligaciones de ambas partes implicadas. Así como aconsejar en la toma de decisiones respecto a contratos o convenios colectivos.
Lo más importante a la hora de elegir un asesor jurídico no es tan importantes tener en cuenta su experiencia, buena reputación o sus caras tarifas, si no, el grado de especialización con el que cuenta con relación al área específica de tu negocio o el problema que se necesite solventar.
Es importante que sea un profesional que tenga la disponibilidad de reunirse contigo de manera frecuente, explicarte los objetivos que se han logrado hasta el momento o los inconvenientes legales que van surgiendo. Si estás buscando un asesor legal antes de elegirlo es recomendable tener en cuenta estos puntos:
A continuación veamos algunos aspectos indicadores de que estás tratando con una asesoría jurídica profesional y eficiente:
Una asesoría jurídica no es lo mismo que una asesoría legal. La primera se encarga de aconsejar a las empresas para resolver cualquier problema legal y anteponerse a cualquier cuestión jurídica que pueda surgir; en cambio, la segunda se limita a identificar y señalar los problemas jurídicos que pueden surgir dentro del negocio. Podríamos decir que cumple funciones más de auditoria para detectar problemas más que resolverlos.
Sí. Un asesor jurídico debe estar licenciado en derecho para poder ejercer como tal e idealmente otros estudios superiores especializados en asesoría jurídica.
Para montar una asesoría jurídica es necesario tener estudios en Derecho y buen conocimiento de la legislación así como entender el funcionamiento del ámbito empresarial. Como en cualquier negocio, deberás contar con un capital inicial y realizar un buen estudio de mercado.
Un asesor legal tiene un sueldo de entre 1.500 euros y 1.900 euros al mes. Los precios de los servicios de un asesor varían bastante dependiendo del tipo de asesoramiento, del cliente y del período durante el que se ofrece el servicio, pero en España rondan entre los 150 y 190 euros.