Fecha de devengo vs fecha de pago: aprende a diferenciarlas para no declarar impuestos antes de tiempo (y que la AEAT no te multe por un descuadre)
Conocer la fecha de devengo del IVA es clave para cumplir correctamente con tus obligaciones fiscales. Este concepto determina cuándo se considera realizada una operación a efectos tributarios, y por tanto, cuándo debe declararse el IVA correspondiente.
Sigue leyendo este artículo para descubrir qué es el devengo, por qué es tan importante y cómo afecta a la facturación y liquidación del impuesto ante Hacienda.
{{banner-facturacion-1}}
La fecha de devengo es un concepto clave en el ámbito fiscal, ya que marca el momento en que nace la obligación tributaria. Es decir, determina cuándo debe declararse el IVA de una operación, independientemente de cuándo se emita la factura o se reciba el pago.
Según el artículo 75 de la Ley del IVA (Ley 37/1992), el devengo se produce:
La fecha de devengo no es solo un requisito formal, sino un elemento esencial para garantizar una correcta gestión fiscal y contable, ya que afecta directamente a cómo y cuándo se declaran los impuestos, especialmente el IVA.
El devengo marca el momento exacto en que nace la obligación de declarar e ingresar el IVA. Esto significa que, aunque una factura no haya sido emitida o cobrada aún, si el hecho imponible (entrega de un bien o prestación de un servicio) ya ha ocurrido, debe incluirse en la declaración del periodo correspondiente.
No respetar la fecha de devengo puede derivar en declaraciones fuera de plazo, errores fiscales y posibles sanciones por parte de la Agencia Tributaria.
Desde el punto de vista contable, el devengo determina cuándo debes registrar un ingreso o un gasto, siguiendo el principio de devengo contable, que establece que los hechos económicos deben reflejarse en el momento en que ocurren, no cuando se pagan o cobran.
En la práctica:
Aunque, como hemos visto, la norma general indica que el devengo del IVA se produce cuando se realiza la entrega del bien o la prestación del servicio, existen situaciones especiales en las que el momento del devengo puede variar. Conocer estos casos es clave para aplicar correctamente la normativa y evitar errores en la declaración de impuestos.
La fecha de devengo tiene un impacto directo en cómo y cuándo deben declararse los distintos impuestos. Su correcta aplicación garantiza el cumplimiento fiscal y evita errores en la presentación de modelos tributarios.
En el caso del IVA, el devengo determina en qué trimestre o mes debe declararse una operación. Esto afecta a la presentación del modelo 303 y al resumen anual (modelo 390). Declarar el IVA fuera del periodo correspondiente puede conllevar requerimientos, e incluso sanciones, por parte de Hacienda.
Para los autónomos en estimación directa, el devengo define cuándo imputar un ingreso o gasto en su contabilidad, lo que influye directamente en la base imponible del IRPF. Un ingreso devengado en diciembre, por ejemplo, debe incluirse en la declaración de ese año, aunque se cobre en enero.
Las empresas también aplican el principio de devengo para el cálculo del resultado contable y fiscal. Esto significa que los ingresos y gastos deben registrarse en el ejercicio en que se generan, y no cuando se cobran o pagan. Así, se calcula correctamente la base imponible del Impuesto de Sociedades.
El concepto de fecha de devengo puede parecer técnico, pero es fundamental para una gestión fiscal correcta. Sin embargo, muchos autónomos y empresas cometen errores al aplicarlo, lo que puede derivar en sanciones o requerimientos de Hacienda.
Uno de los errores más habituales es incluir la operación en el trimestre o ejercicio equivocado. Esto sucede cuando se desconoce o se interpreta mal el momento en que se devenga el impuesto.
Ejemplo: Un servicio prestado el 28 de marzo debe declararse en el primer trimestre, aunque la factura se emita en abril. Declararlo en el segundo trimestre sería un error y podría generar discrepancias con la Agencia Tributaria.
Otra confusión común es creer que el IVA se declara en función de la fecha de emisión de la factura, cuando en realidad lo determinante es cuándo se realizó la operación (entrega o prestación).
Este fallo puede provocar que se retrase indebidamente la declaración del impuesto, algo que Hacienda puede detectar mediante cruces de datos entre modelos presentados.
No respetar la fecha de devengo de los impuestos puede tener consecuencias fiscales importantes, tanto para autónomos como para empresas. Este error, aunque relativamente común, puede afectar a la presentación de modelos tributarios, la contabilidad y la relación con la Agencia Tributaria.
Las principales consecuencias son:
Las buenas prácticas contables comienzan por registrar las operaciones en el momento real del hecho imponible, no cuando se emiten facturas o se reciben pagos. Esto incluye mantener un calendario fiscal actualizado, donde se reflejen los plazos de declaración y los períodos fiscales, así como revisar periódicamente las facturas emitidas y recibidas para asegurarse de que el devengo está correctamente aplicado.
Es importante formar al personal responsable de la contabilidad y facturación para evitar confusiones entre fecha de devengo y fecha de emisión, además de documentar y conservar las pruebas de las fechas de entrega o prestación del servicio, como albaranes o contratos, para justificar el devengo en caso de inspección.
Las herramientas y software de apoyo con programas de gestión contable y facturación, como Holded, permiten asignar correctamente la fecha de devengo y emitir alertas sobre plazos fiscales, lo que puede ser de gran ayuda para que no se te pase ninguna fecha.
Además, es recomendable utilizar herramientas de conciliación bancaria y control de cobros/pagos, que ayuden a relacionar movimientos financieros y fechas de devengo, aunque el cobro o pago se produzca después.
Si pones en marcha estas buenas prácticas y herramientas no solo minimizar posibles errores, sino que también optimizarás tu tiempo y reducirás riesgos fiscales.