De freelancers a consultores: guía definitiva de contratos mercantiles para autónomos, con requisitos imprescindibles y ejemplos reales.
¿Eres autónomo y trabajas por encargo a otras empresas sin estar en plantilla? Entonces es probable que hayas oído hablar del contrato mercantil de los autónomos, una figura legal clave para formalizar este tipo de relación laboral de prestación de servicios.
Un contrato mercantil es diferente a uno laboral: no hay nómina, ni vacaciones pagadas, ni dependencia jerárquica. Pero ¿qué implica esto exactamente? Vamos a ver en qué consiste el contrato mercantil para autónomos, cómo funciona y cuáles son sus requisitos legales. Todo esto con ejemplos prácticos para entenderlo mejor.
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Un contrato mercantil para autónomos es un acuerdo legal entre un profesional autónomo y una empresa o cliente, en el que el primero se compromete a prestar un servicio o realizar una actividad a cambio de una contraprestación económica.
Este tipo de contrato no implica una relación laboral directa, sino una colaboración entre partes independientes. Es un acuerdo clave que establece beneficios y responsabilidades para ambas partes en un entorno de colaboración profesional.
Este tipo de contrato se utiliza especialmente cuando el autónomo tiene libertad para organizar su trabajo, no existe una relación de subordinación con la empresa contratante o cuando se establecen fechas de entrega concretas, con plazos y condiciones definidas.
El contrato mercantil para autónomos es muy común en sectores como el marketing digital, el desarrollo web, la consultoría, el diseño gráfico o los servicios técnicos especializados.
Hay una serie de características que definen un contrato mercantil entre autónomos y empresas. En este tipo de contrato nos encontramos con la independencia del autónomo, es decir, no hay vínculo laboral ni jerarquía entre ambas partes.
Debe formalizarse a través de un contrato escrito donde se identifiquen las partes participantes, así como debe detallarse el acuerdo alcanzado, los servicios contratados, duración, precio y obligaciones de las partes implicadas. De esta forma, la remuneración del trabajo se establece por proyecto o servicio, no por salario mensual uno se tienen en cuentan derechos laborales como vacaciones, paro o indemnización.
El autónomo asume sus propios riesgos y medios de producción. De esta forma el autónomo gestiona su tiempo, lo que le puede permitir trabajar para varios clientes a la vez.
Además, el autónomo es responsable de sus cotizaciones a la Seguridad Social y de la tributación de sus ingresos.
No obstante, hay que tener en cuenta que existe una figura mixta entre lo mercantil y lo laboral, como es el autónomo TRADE.
Cuando hablamos de diferencias entre contratos mercantiles, laborales o los TRADE nos encontramos con un pequeño problema que está muy ligado a ser un falso autónomo y sus consecuencias. Y es que firmar un contrato mercantil siendo autónomo cuando realmente hay una relación laboral puede dar lugar a sanciones por falso autónomo.
Tipo de contratoRelación de dependenciaRégimen legalDerechos laboralesLaboraSíEstatuto de los TrabajadoresSiMercantilNoCódigo de Comercio / Código CivilNoTRADEParcial (al menos 75 % de ingresos de un solo cliente)Estatuto del Trabajo AutónomoAlgunos (vacaciones, conciliación, indemnización si hay ruptura injustificada)
Nos podemos encontrar hasta cinco tipos de contratos mercantiles de autónomos.
Antes de optar por un contrato mercantil para autónomos, es importante conocer cuáles son los pros y contras que conlleva. Ya que, aunque es un tipo de contrato que ofrece flexibilidad y autonomía, también implica asumir ciertas responsabilidades y riesgos que no existen en los contratos laborales tradicionales.
Y es que aquí es donde nos preguntamos ¿merece la pena ser autónomo en España? Veamos las ventajas y desventajas.
Dentro de las ventajas que podemos encontrar en los contratos mercantiles de autónomos podemos destacar una mayor flexibilidad y autonomía para organizar el trabajo, mayor libertad para trabajar con múltiples clientes, una posibilidad de tener un ingreso superior por productividad y la capacidad de poder pactar condiciones a medida.
Pero no todo son ventajas, al ser autónomo con un contrato mercantil vas a asumir todos los riesgos económicos, fiscales y legales, no cuentas con derechos laborales ni protección social, así como contar con el riesgo de ser considerado falso autónomo.
Para que un contrato mercantil autónomo tenga validez legal y cumpla su función protectora para ambas partes, debe redactarse con mucha precisión e incluir ciertos elementos clave.
Un contrato incompleto o ambiguo puede dar lugar a una interpretación errónea, posibles sanciones administrativas o incluso a que la relación se considere laboral por parte de la Inspección de Trabajo.
Así que vamos a ver cuales son los elementos clave que un contrato mercantil con un autónomo tiene que tener para estar correcto.
Este documento debe estar redactado con un lenguaje claro, sin ambigüedades, y, siempre que sea posible, revisado por un asesor o abogado especializado. Además, si el profesional autónomo es considerado TRADE, habrá que añadir cláusulas específicas conforme al Estatuto del Trabajo Autónomo.
Firmar un contrato mercantil autónomo no solo implica redactar un documento bien estructurado, sino también cumplir con una serie de requisitos legales que garanticen su validez y eviten posibles sanciones. Estos requisitos están regulados principalmente por el Código de Comercio y, en ciertos casos, por el Estatuto del Trabajo Autónomo.
Nos encontramos con requisitos esenciales para la validez, y con requisitos fiscales y administrativos dentro de los contratos mercantiles de los autónomos.
Dentro de los requisitos esenciales nos encontramos que ambas partes deben estar capacitados para contratar, contar con un consentimiento mutuo, ofrecer un servicio legal, recibir una contraprestación económica y formalizarlo todo por escrito.
Mientras que dentro de los requisitos fiscales y administrativos de un contrato mercantil de autónomos nos encontramos que el autónomo debe estar dado de alta en Hacienda y en la Seguridad Social, facturar con IVA e IRPF si es necesario, realizar facturas y declarar los ingresos y gastos, y en caso de ser autónomo TRADE registrarlo en el SEPE.
Para que un contrato mercantil autónomo sea realmente eficaz y evite ambigüedades, es importante que incluya cláusulas específicas que regulen en detalle la relación entre ambas partes. Estas cláusulas no solo aportan seguridad jurídica, sino que también permiten anticipar posibles incidencias y cómo resolverlas.
La firma de un contrato mercantil autónomo debe realizarse antes de iniciar la prestación del servicio. Es fundamental que ambas partes tengan claros sus derechos y obligaciones desde el primer momento, especialmente cuando se trata de trabajos recurrentes o de cierta duración.
Firmar el contrato a posteriori puede generar inseguridad jurídica, conflictos en la interpretación de las condiciones pactadas o incluso problemas fiscales si no queda constancia de la relación profesional.
Por lo que hay que tener en cuenta que hay que formalizar el contrato mercantil entre autónomos antes de hacer el primer encargo, en el momento en el que se amplíe el alcance del trabajo, en relaciones recurrentes o en caso de que el autónomo sea TRADE.
Firmar un contrato mercantil autónomo no solo formaliza una relación profesional, sino que también implica una serie de obligaciones legales y operativas que el trabajador debe asumir de forma íntegra. A diferencia del contrato laboral, donde muchas gestiones recaen en la empresa contratante, aquí el autónomo es el principal responsable de su actividad.
Por lo que tendrá que estar dado de alta en Hacienda y en la Seguridad Social, emitir facturas por cada servicio prestado o declarar y liquidar sus impuestos trimestral y anualmente. Así como cumplir con el servicio pactado, los posibles contratos de confidencialidad y las cláusulas específicas pactadas con la empresa.
La formalización de un contrato mercantil con un autónomo es un paso clave para dar seguridad jurídica a la relación profesional. Aunque no existe un formato único obligatorio, sí hay ciertos criterios que deben cumplirse para que el contrato tenga validez legal y pueda ser exigible ante cualquier conflicto.
El contrato mercantil de autónomos debe tener una redacción clara y completa del documento, que ambas partes lo revisen y aclaren posibles dudas antes de realizar las firmas necesarias. Además cada parte del contrato deberá contar con una copia del contrato firmada y registrarlo en el SEPE si el autónomo es TRADE, si no lo fuese, es un paso que no hace falta realizar.
Sí, si no se cumplen los criterios legales, una empresa puede exponerse a sanciones por uso de falsos autónomos si se detecta una relación laboral encubierta, posibles reclamaciones judiciales por parte del profesional, en caso de impagos o incumplimientos contractuales y problemas fiscales si no se justifica correctamente la prestación de servicios y las facturas emitidas.
Para evitar todos estos riesgos, es esencial que el contrato mercantil para autónomos refleje fielmente una relación de independencia entre el autónomo y la empresa, sin elementos de subordinación, exclusividad absoluta o control jerárquico.
Te vamos a mostrar un ejemplo simplificado de cómo puede estructurarse un contrato mercantil autónomo para la prestación de servicios. Ten en cuenta que este modelo es orientativo y debe adaptarse a las circunstancias particulares de cada relación profesional. Siempre es recomendable contar con asesoría jurídica para redactarlo correctamente y evitar errores.
Ten en cuenta que este modelo puede completarse con cláusulas adicionales como propiedad intelectual, exclusividad o penalizaciones por incumplimiento, según el tipo de actividad.
Contrato mercantil de prestación de servicios
REUNIDOS
De una parte, [Nombre de la empresa], con CIF [número], domicilio en [dirección], en adelante “la empresa”.
Y de otra parte, [Nombre del autónomo], con NIF [número], con domicilio fiscal en [dirección], dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), en adelante “el profesional”.
MANIFIESTAN
Que ambas partes desean formalizar un contrato de prestación de servicios profesionales, de carácter mercantil, con sujeción a las siguientes:
CLÁUSULAS
Y en prueba de conformidad, firman el presente contrato, por duplicado, en el lugar y fecha indicados.
[Ciudad], a [fecha]
Firma del profesional | Firma de la empresa
Sí, dos autónomos pueden firmar un contrato mercantil entre ellos. Este tipo de acuerdo regula la prestación de servicios entre profesionales independientes, estableciendo términos como el alcance del trabajo, el precio y los plazos de entrega. Es habitual en colaboraciones puntuales o en proyectos conjuntos entre freelance.
No es recomendable. Para emitir facturas legalmente y cumplir con las obligaciones fiscales, es necesario estar dado de alta como autónomo o en un régimen equivalente. Si se firma un contrato mercantil sin estar registrado, tanto el profesional como la empresa pueden enfrentarse a sanciones por parte de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social.
Principalmente el IVA y el IRPF:- IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido): el autónomo debe aplicarlo en sus facturas (salvo actividades exentas).- IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas): en muchos casos, se aplica una retención del 15 % o del 7 % si es nuevo autónomo.- Obligaciones trimestrales y anuales: como los modelos 130, 303, 390 y 100.El cumplimiento fiscal es responsabilidad exclusiva del autónomo, no del cliente.
El incumplimiento de un contrato mercantil para autónomos puede conllevar consecuencias legales, como la resolución anticipada del contrato, la reclamación de indemnizaciones o penalizaciones económicas si estaban pactadas y posibles demandas judiciales si hay daños o perjuicios demostrables.Por eso, es fundamental que el contrato incluya cláusulas claras sobre plazos, calidad del servicio y resolución de conflictos.
No, salvo que se trate de un autónomo económicamente dependiente (TRADE). En ese caso, sí es obligatorio registrar el contrato en el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal). Para el resto de profesionales, no es necesario ningún registro oficial, aunque siempre debe conservarse una copia firmada por ambas partes.