Protege tu empresa del fraude fiscal con métodos de verificación efectivos: señales de alerta, cómo verificar proveedores y qué hacer si ya has cometido un error sin saberlo.
Si gestionas una empresa o trabajas como autónomo, es probable que recibas decenas de facturas cada mes de diferentes proveedores. El problema es que entre estas facturas legítimas pueden colarse documentos fraudulentos que, sin que lo sepas, pueden resultar en serios problemas fiscales y legales.
Las facturas falsas representan uno de los fraudes fiscales más comunes en España, y las consecuencias de aceptar una sin verificar su autenticidad van desde sanciones económicas severas hasta responsabilidades penales.
En esta guía completa aprenderás a identificar las señales de alarma que delatan una factura falsa, conocerás cómo actúa Hacienda para detectar estos fraudes, qué hacer si descubres que has contabilizado una factura fraudulenta, y cómo proteger tu negocio implementando protocolos de verificación efectivos.
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Una factura falsa es un documento que simula ser una factura legítima pero que en realidad corresponde a operaciones inexistentes, servicios no prestados o bienes no entregados. Su objetivo principal es permitir deducciones fiscales indebidas o justificar gastos que nunca se produjeron realmente. La sofisticación de estos fraudes ha aumentado considerablemente, por lo que identificarlas requiere conocimiento específico y herramientas de verificación adecuadas.
Es importante distinguir entre la intencionalidad de cometer fraude o la existencia de una simple equivocación: el error administrativo incluye fallos en importes, fechas incorrectas, datos del cliente mal transcritos o aplicación errónea de tipos de IVA. Estos errores, aunque molestos, no tienen intención fraudulenta y pueden solucionarse siguiendo los procedimientos legales establecidos.
En cambio, una factura falsa implica una intención deliberada de engañar a la administración fiscal, creando documentación inexistente para obtener beneficios fiscales indebidos. Esta intención fraudulenta es lo que convierte el acto en un delito, con todas las consecuencias legales que ello conlleva.
Algunos de los casos más frecuentes de facturas fraudulentas detectadas habitualmente por la Agencia Tributaria son:
Las consecuencias de emitir una factura falsa van mucho más allá del ámbito fiscal, e incluso entran en terreno penal con sanciones que pueden afectar gravemente tu negocio y tu situación personal.
La Agencia Tributaria impone multas severas por la emisión de facturas falsas, que pueden alcanzar cifras muy significativas según la gravedad del fraude detectado.
Cuando el fraude supera ciertos umbrales económicos o presenta características de especial gravedad, entra en juego el Código Penal.
Si el fraude supera los 120.000 euros, se considera constitutivo de delito fiscal y puede estar penado con prisión de uno a cinco años y multa hasta del séxtuplo de la cantidad defraudada.
Además, la creación de documentos falsos puede constituir un delito independiente de falsedad documental, penado con prisión de seis meses a tres años.
Finalmente, los condenados por estos delitos pueden ser inhabilitados para ejercer su profesión u ocupar cargos públicos durante períodos significativos que oscilan en función de la gravedad del delito.
Más allá de las sanciones directas, el uso de facturas falsas genera consecuencias adicionales que pueden ser igual de perjudiciales para tu negocio, entre las que destaca especialmente la económica.
Si la intención final es ahorrar dinero en el pago de impuestos, en el caso de que la AEAT detecte el fraude no solo tendrás que devolver las deducciones indebidas, sino que pierdes para siempre la posibilidad de deducir esos gastos, incluso si posteriormente los realizas de forma legítima.
Además, las investigaciones fiscales suelen trascender al ámbito público, lo que afectará a la reputación y la credibilidad de tu empresa ante clientes, proveedores y entidades financieras.
Por otra parte, una vez detectado el fraude, Hacienda suele ampliar la investigación a otros períodos y conceptos, por lo que lo más probable es que toda tu actividad sea sometida a un escrutinio intenso, por lo que se detectarán no solo otros fraudes, sino posibles errores involuntarios que también pueden derivar en sanciones.
La identificación de facturas falsas no siempre resulta sencilla, pero la Agencia Tributaria utiliza distintos medios para lograrlo, desde el análisis de los datos de facturación, para detectar posibles irregularidades, hasta el cruce de datos entre distintas fuentes.
El análisis automatizado de información permite identificar inconsistencias entre las declaraciones de diferentes empresas. El Sistema de Información Inmediata (SII) compara en tiempo real las facturas declaradas por emisores y receptores, mientras que los algoritmos detectan patrones anómalos como empresas que solo emiten facturas sin recibirlas.
Cuando los sistemas detectan anomalías, se activan inspecciones específicas que priorizan empresas con gastos desproporcionados, operaciones con paraísos fiscales o proveedores problemáticos. Estas inspecciones son más exhaustivas que las revisiones rutinarias.
La Agencia recibe información de empleados, otras administraciones y análisis de información pública que pueden revelar inconsistencias fiscales y desencadenar investigaciones específicas.
Además, la entrada en vigor del sistema Verifactu el 1 de enero de 2026 pondrá las cosas aún más difíciles a los defraudadores, ya que su función es precisamente garantizar la integridad, accesibilidad, trazabilidad, legibilidad, inalterabilidad y conservación de los registros de facturación.
Si descubres una factura falsa en tu contabilidad, actúa inmediatamente siguiendo este procedimiento para minimizar las consecuencias fiscales.
La prevención es la mejor estrategia contra el fraude fiscal. Implementar controles básicos de verificación puede evitarte problemas a futuro en tu empresa.
Antes de pagar facturas de proveedores nuevos o de importes elevados, verifica los datos del emisor (nombre, NIF y dirección) y verifica la existencia de la empresa en el Registro Mercantil. Exige los contratos o pedidos que justifiquen la operación, confirma que el servicio se prestó realmente y verifica los importes pactados.
Además, tienes a tu disposición herramientas gratuitas como el Censo de Empresarios de la AEAT y el servicio VIES para empresas europeas. Con el reglamento VERIFACTU, verificar la autenticidad de las facturas electrónicas será aún más sencillo.
Si puedes demostrar que actuaste de buena fe y que tomaste medidas razonables para verificar la legitimidad de la factura, las sanciones pueden reducirse significativamente o incluso eliminarse. Sin embargo, la ignorancia no exime completamente de responsabilidad ya que la Agencia Tributaria espera que las empresas implementen controles mínimos de verificación.
Una factura rectificativa negativa es un documento legítimo emitido para corregir errores en facturas anteriores o para anular operaciones que finalmente no se realizaron. Una factura falsa, en cambio, corresponde desde su origen a operaciones inexistentes y tiene intención fraudulenta.
Hacienda puede devolverte las sanciones impuestas si demuestras que fuiste víctima de un fraude y que actuaste con la diligencia debida. Sin embargo, no recuperarás el dinero pagado al estafador: eso deberás reclamarlo por vía civil o penal. En estos casos, es recomendable contar con asesoramiento legal especializado.