Contabilidad

¿Qué es una auditoría y cómo sortearla con éxito?

Raül De Tena

¿Sabes qué es exactamente una auditoría? ¿Y sabrías cómo sortearla con éxito? En este artículo te damos todas las claves al respecto.

¿Sabes qué es una auditoría? Porque seguro que en la cabeza tienes que una auditoría es ese gran mal que hay que evitar a toda costa pero que, si le toca a tu empresa, hay que sortear con el mayor de los cuidados. Eso lo sabe todo el mundo. Pero volvemos a preguntar: ¿sabes realmente qué es una auditoría y cómo sortearla con éxito?

La cosa cambia cuando entramos en especificidades, ¿verdad? No te preocupes, porque ese es precisamente el objetivo de este artículo: que puedas responder a esta pregunta de forma totalmente holgada. (Y que, por el camino, puedas pasar una auditoría sin que ello afecte a tu empresa de ninguna forma.)

Empecemos por el principio: ¿qué es realmente una auditoría?

 

La auditoría (y la figura del auditor)

De forma básica, podría decirse que un auditoría es un proceso a través del que una empresa o un profesional independiente (es decir: la figura del auditor) es contratado para recopilar información contable de una empresa. La información extraída de una auditoría se utilizará para probar que la empresa auditada ha cumplido con todas las normas contables vigentes y que, por lo tanto, no ha cometido infracción alguna.

La figura del auditor, por su parte, es la persona con capacidad y experiencia para revisar, analizar y verificar los datos contables de una empresa para comprobar que se corresponden con la actividad desarrollada por la misma. En última instancia, el auditor redacta un informe que servirá para determinar el grado de veracidad y claridad contable de la empresa.

Las principales obligaciones de toda auditoría son cuatro:

  1. Revisar las cuentas de una empresa para comprobar que esta ha empleados sus recursos de forma eficiente.
  2. Verificar las informes ofrecidos por la empresa relativos a su actividad económica y certificar que todo está en orden.
  3. Dar a conocer los problemas contables de la empresa en un momento concreto.
  4. Toda auditoría tiene la obligación máxima de ser independiente. Si no es así, el proceso no tienen valor legítimo.

 

¿Cómo superarla?

¿Te estás enfrentando a una auditoria (obligada externamente o voluntaria, ya que existen ambos tipos de prácticas)? ¿Y no sabes exactamente cómo superarla con éxito? A continuación tienes diez consejos que no deberías pasar por alto:

  1. Enfoca la auditoría como una mano amiga y no como un enemigo. Una auditoría debe ser una herramienta de ayuda a la empresa, ya que la propia coyuntura de la organización es incapaz de detectar cierto tipos de errores y de proponer las consecuentes mejoras.
  2. No te entrenes para la auditoría. Prepararte para un proceso de este tipo implica ofrecer soluciones cosméticas que tapen los problemas de tu empresa pero que no los solucionen. Y eso implica que tu negocio no mejorará y se quedará estancado.
  3. Colabora. El interés tanto del auditor como de los trabajadores de la empresa es que la auditoría acabe cuanto antes mejor… Y, para conseguirlo, lo mejor es que ambas partes colaboren de forma transparente y amigable.
  4. Sé cordial, pero sin pasarte. Igual de malo es ser un borde y no colaborar que pasarse de simpático y dedicarse a hacer la pelota al auditor para ver si así pasa por alto ciertos problemas de tu empresa. En ambos casos, no solucionarás los problemas.
  5. Mantén la calma. Si un auditor nota nerviosismo dentro de una empresa, lo tomará como un indicio de problemas ocultos.
  6. No levantes tus defensas. Porque, de nuevo, una actitud a la defensiva bloqueará el proceso e impedirá que el auditor detecte los problemas que deberías solucionar de forma urgente.
  7. Trabaja en argumentos sólidos. Si crees que tienes razón en algún punto que el auditor está malinterpretando, trabaja en la consistencia de tus explicaciones para que todo quede lo más claro posible.
  8. Pide argumentaciones sólidas. De la misma forma que debes esforzarte en ser consistente, no tengas miedo a la hora de exigir esa misma solidez a los argumentos que se presenten en una auditoría. Si no entiendes algo, pregunta. Más vale prevenir que curar.
  9. Ni se te ocurra mentir. Si la auditoría te solicita algo que no está bajo tu control, ni se te ocurra inventarte datos ni soluciones. Reconoce tus limitaciones y coopera para encontrar la mejor solución a aquello que te están pidiendo.
  10. No te interpongas en las labores del auditor. A nadie le gusta que le digan cómo tiene que hacer su trabajo, y una actitud invasiva durante una auditoría podría ser considerada una amenaza a atajar de forma inequívoca.

¿Ya lo tienes todo claro? ¿Ahora sí que puedes estar totalmente seguro de que tu empresa pasaría una auditoría?

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