Descubre las diferencias claves entre el pago único y el pago recurrente y cómo elegir la opción más eficiente para la gestión financiera de tu negocio
¿Sabías que crear una buena estrategia de precios y establecer un modelo de pagos adecuado a tu actividad empresarial, puede ayudarte a incrementar la demanda de tus productos o servicios?
Te animamos a leer las diferentes particularidades de cada uno de los modelos de pagos existentes y cómo puedes aplicarlos en tu negocio.
Empecemos por diferenciar entre pago recurrente o pago único.
Es una transacción periódica que se lleva a cabo entre el comprador y el vendedor por la prestación de servicios o por la compra de un producto. El importe puede ser fijo o variable.
Se utilizan en servicios de suscripción o membresías y requiere que se configure un sistema de pago automático, así como un seguimiento periódico de los pagos. El pago recurrente fomenta una relación más duradera con el cliente y te permite predecir los ingresos que vas a generar.
Algunos ejemplos son: el hosting de una página web (que puede ser anual o mensual), la factura de internet, la factura de la luz o la suscripción a un curso de membresía.

El pago único es la transferencia de dinero del cliente al vendedor por la compra de un producto o por la prestación de un servicio, que tiene lugar en un momento concreto y por un importe determinado.
Este tipo de pago, no necesita una configuración especial ni un seguimiento posterior de los pagos. Además, el pago único es más simple de gestionar y permite a la empresa obtener ingresos de manera inmediata.
Este tipo de pagos es el más frecuente en e-commerce. La compra se produce por un precio fijo establecido en la página de ventas.
Si el vendedor diese la opción de financiar la compra, para dar facilidades de pago y poder dividir el importe en varios plazos, a esto se le considera pago recurrente.
El pago recurrente ofrece muchos beneficios tanto para las empresas como para sus clientes. Este modelo de pago permite una gestión más previsible y estable de las finanzas, además de fomentar relaciones comerciales duraderas.
Los pagos recurrentes pueden estructurarse de distintas formas según la naturaleza del servicio o producto ofrecido. La clave está en saber si el importe siempre va a ser el mismo o si va a variar en función del uso que haga el cliente.
Son transacciones de dinero durante un periodo de tiempo de una misma cantidad y con la misma frecuencia, establecidas en los términos de contratación. Un ejemplo es la cuota mensual del alquiler o la suscripción a Netflix.
El total cobrado estará sujeto al uso que se le dé al producto o servicio por parte de los clientes. Por ejemplo, el importe de las facturas de gas, agua o electricidad varía en función del consumo y las facturas se emiten con una temporalidad establecida previamente en el contrato (mensual, bimestral, trimestral o anual).

Antes de decidirte por una fuente de ingresos, necesitas diseñar una estrategia comercial que incluya un modelo de negocio bien definido.
Un modelo de ingresos es parte del modelo de negocio que explica los diferentes mecanismos que utilizará la empresa para la generación de ingresos.
Para poder elegir cuál es el mejor para tu empresa, ten claro los siguientes puntos:
1. Determina tu propuesta de valor. Establece cómo es tu producto o servicio, cómo puede ayudar a tu cliente y que valor aporta frente a la competencia.
2. Haz un estudio de mercado y define los segmentos de clientes. Debes comprender cómo es el tipo de cliente ideal, cuál es su necesidad y cómo quiere comprar tu producto o servicio.
3. Analiza la competencia. Explora las fuentes de ingresos que utilizan tus competidores y cómo gestionan los costes.
Según el modelo de negocio que apliques en tu empresa te interesará optar por una forma de pago u otra, o combinar ambas.
Vender productos o servicios implica utilizar diferentes estrategias de precios.
Tu negocio puede operar con varios tipos de ingresos, dependerá del sector, la actividad y el tipo de producto o servicio que vendas.
Te mostramos algunos ejemplos de ambos modelos:
Modelo ecommerce. Es el modelo más utilizado. Se trata de una transacción de intercambio directo de dinero por la compra de un producto. Por ejemplo, la compra de una camiseta en una tienda de Zara en la que pagas el importe total en el momento para poder llevarte el producto.
Modelo de licencia. Implica vender un producto de software que puede ser utilizado por un solo usuario o un grupo de usuarios. Se vende un producto que requiere la realización de un solo pago, por ejemplo, la licencia de Microsoft Office.
Modelo de suscripción. Un usuario recibe acceso al producto mediante el pago de una tarifa de suscripción mensual o anual. Las tarifas suelen ser mucho más asequibles que adquirir una licencia. Por ejemplo, la suscripción a Holded o a Amazon Premium.
Modelo freemium. Es un tipo de monetización con la que un usuario puede acceder al producto principal de forma gratuita, pero se le cobrará por utilizar algunas funciones, servicios, bonificaciones o extensiones adicionales. Por ejemplo: Canva, Spotify, o algunos periódicos digitales.
Modelo de pago por uso. Esta estrategia de fijación de precios es utilizada en servicios de consumo de suministros como la luz, el agua o el gas, y en productos basados en la nube que cobran por el uso y consumo de los recursos informáticos utilizados. Un ejemplo es Amazon Web Services (AWS).
Modelo de precios híbridos. A veces, los planes de precios son una combinación de varios modelos. De modo que, un plan Freemium podría transformarse en un plan escalonado de pago por uso. Después de superar un límite en el cálculo o en los recursos, se puede obligar al usuario a utilizar otro tipo de precio. Por ejemplo: Active Campaign, Holded o Mailchimp.
Para poder ejecutar pagos recurrentes a un cliente, puedes hacerlo de dos formas: utilizando domiciliación bancaria (mandato SEPA) o con un sistema de pagos online que ofrezca este servicio.
El pago recurrente en la zona SEPA se efectúa mediante el adeudo directo SEPA.
SEPA (Single Euro Payments Area) es el sistema para realizar cobros y pagos por parte de consumidores y empresas en la Eurozona (dentro y fuera de las fronteras nacionales).
Los métodos de pago que se le atribuyen a SEPA son:
Para poder gestionar adeudos directos, debes solicitar a tus clientes una orden de domiciliación bancaria (también llamada mandato SEPA).
La orden de domiciliación bancaria es un documento que te proporciona tu banco, para que envíes a tu cliente con el que autoriza a tu entidad bancaria para proceder al pago automático de las facturas que le emitas, cuando lleguen a su fecha de vencimiento.
Aquí puedes descargar el modelo que nos proporciona la Asociación Española de Banca (AEB).

Los tipos de domiciliaciones o adeudos directos SEPA son:
Puedes encontrar numerosas aplicaciones que permiten gestionar la creación de pagos recurrentes. Algunos ejemplos son: Paypal, Stripe, Thrive Cart o Gocardless.
Con el sistema de facturación de Holded puedes automatizar la:
Tanto el pago recurrente como el pago único pueden ser una gran elección. Debes analizar tu mercado en función de tu sector y tu tipo de negocio para poder tomar la mejor decisión.
Si decides optar por el modelo de suscripción, pon en marcha la automatización de pagos recurrentes con Holded, ya que te supondrá un gran ahorro de tiempo y dinero.