¿Sabías que el primer asiento contable del año marca el rumbo de toda tu gestión fiscal? Descubre cómo realizarlo sin errores y garantizar la salud financiera de tu negocio desde el día uno.
Para autónomos y pymes, el inicio de un nuevo ejercicio contable implica un paso fundamental: registrar el asiento de apertura. Este registro, aunque aparentemente técnico, es la base sobre la que se construye toda la contabilidad del año.
Sin un asiento de apertura correcto, podrías arrastrar inconsistencias que compliquen la presentación de impuestos, la obtención de financiación o el análisis de tu empresa.
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El asiento de apertura es el primer apunte contable de un ejercicio económico. Su objetivo es trasladar los saldos de las cuentas patrimoniales (activo, pasivo y patrimonio neto) del cierre del ejercicio anterior al nuevo, garantizando la continuidad de la información financiera. En otras palabras, "abre" la contabilidad del año con la situación real de tu negocio al inicio del mismo.
También puede referirse al primer apunte contable de una empresa en el comienzo de su actividad, en cuyo caso no traslada saldos de ejercicios anteriores porque estos son inexistentes.
Este asiento es crucial porque establece el punto de partida, reflejando la situación patrimonial de la empresa al comienzo del nuevo ejercicio, al mismo tiempo que asegura la continuidad, permitiendo que la contabilidad del nuevo año sea coherente con la del anterior.
Más allá de cuestiones organizativas, el asiento de apertura sirve para cumplir con la normativa, ya que es un requisito legal según el Plan General de Contabilidad español.
Registrar el asiento de apertura en el momento preciso no es solo un requisito formal, sino la garantía de que tu ejercicio arranca con la información patrimonial actualizada.
El momento típico en el que se debe realizar un asiento de apertura es el inicio del ejercicio contable, que en el caso de la mayoría de pymes y autónomos coincide con el año natural, por lo que la fecha más común es el 1 de enero.
Si tu empresa tiene un ejercicio distinto que no coincide con el año natural (por ejemplo, del 1 de julio al 30 de junio), el asiento se realizará el primer día de ese periodo.
En ambos casos, el asiento de apertura debe figurar inmediatamente después del asiento de cierre del ejercicio anterior, trasladando los saldos de las cuentas patrimoniales al ejercicio actual.
En el caso de empresas nuevas, que no tienen información de ejercicios anteriores, el asiento de apertura se realiza al constituirse la empresa, reflejando las aportaciones iniciales de los socios (capital, deudas, etc.).
No todas las cuentas de tu contabilidad forman parte de este primer asiento. La regla de oro se basa en distinguir entre las cuentas que reflejan tu patrimonio y las que miden tu actividad anual.
En el asiento de apertura solo se incluyen las cuentas de balance, es decir:
Las cuentas de ingresos y gastos (cuentas de pérdidas y ganancias) se cierran al final de cada ejercicio y su resultado neto se traslada al patrimonio neto (a la cuenta de resultados pendientes de aplicación). Por tanto, en el asiento de apertura no figuran ingresos ni gastos, ya que estas cuentas empiezan el nuevo ejercicio con saldo cero.
El asiento de apertura sigue la estructura de todo apunte contable:
La suma del debe y del haber debe ser igual, manteniendo el equilibrio contable.
Por lo tanto, para contabilizar correctamente el asiento de apertura el primer paso es obtener el balance de cierre del ejercicio anterior, para trasladar los saldos al ejercicio actual. A continuación, debes anotar todas las cuentas de activo, tanto las de bienes como las de derechos, en el debe.
El siguiente paso se refiere a las cuentas de pasivo (es decir, las deudas y obligaciones) y las de patrimonio neto (o capital y reservas), que deben anotarse en el haber. Por último, debes asegurarte de que el saldo total del debe sea igual que el saldo total del haber, para garantizar que el asiento cuadra y que el balance es realista.
El asiento de apertura es el "espejo" del asiento de cierre. Mientras el cierre salda las cuentas patrimoniales y traslada el resultado, la apertura las reabre con los mismos saldos. Por eso, es fundamental asegurarse de que los saldos del cierre anterior sean correctos para evitar errores en la apertura.
Analizar situaciones concretas es la mejor manera de entender la mecánica del asiento de apertura y aplicar el conocimiento a tu propio negocio. A continuación, vamos a ver cómo se registra en los dos escenarios más comunes: una empresa en marcha y un proyecto que empieza desde cero.
Imagina que al 31 de diciembre del año anterior, tu empresa tenía estos saldos:
El asiento de apertura del 1 de enero sería:
Debe: Bancos (10.000 €)
Haber: Proveedores (4.000 €), Capital (6.000 €)
Si constituyes una sociedad con un capital social de 20.000 €, de los cuales 15.000 € se ingresan en el banco y 5.000 € son una deuda de un socio, el asiento sería:
Debe: Bancos (15.000 €), Socios por desembolsos no exigidos (5.000 €)
Haber: Capital social (20.000 €)
Pequeños descuidos en el asiento de apertura pueden generar grandes quebraderos de cabeza a lo largo del ejercicio, obligándote a revisar toda la contabilidad.
Uno de los fallos más comunes es olvidar cuentas como "amortización acumulada" o "resultados de ejercicios anteriores", distorsionando la imagen fiel del patrimonio. Verifica que todos los saldos del cierre sean correctos para no trasladar fallos al nuevo ejercicio.
Si el asiento no cuadra, revisa que no hayas incluido cuentas de ingresos/gastos o que no hayas anotado una cuenta de activo en el haber (o viceversa).
El asiento de apertura no es una mera recomendación contable, sino una obligación legal que encuentra su fundamento en el Código de Comercio y en el Plan General de Contabilidad (PGC). Su correcta realización es esencial para dar cumplimiento al principio de "imagen fiel" y garantizar la trazabilidad de la información financiera de tu negocio.
El Plan General de Contabilidad (PGC), en su segunda parte, "Normas de Registro y Valoración", establece la obligatoriedad de formular el inventario inicial y el balance de apertura al comienzo de cada ejercicio. Esto se materializa contablemente a través del asiento de apertura.
Los requisitos legales clave que debes conocer son:
Incumplir estas normas no solo genera una contabilidad desordenada, sino que puede conllevar sanciones económicas en caso de inspección, especialmente si se deriva en una incorrecta determinación del resultado fiscal del impuesto de sociedades o del IRPF para autónomos.
El asiento de apertura se registra en el libro diario y, posteriormente, se traslada al libro mayor. Ambos libros son obligatorios y deben presentarse en el Registro Mercantil.
El Libro Diario es el registro cronológico de todos los hechos contables. El asiento de apertura será la primera anotación del año, donde se detallan todas las cuentas de balance con sus saldos iniciales, cumpliendo con la relación de debe y haber.
Tras registrarse en el Diario, el asiento de apertura se "mayora", es decir, se trasladan los importes al libro Mayor, las fichas individuales de cada cuenta. Este proceso es el que permite conocer el saldo inicial de cada una de ellas (como "Bancos", "Proveedores" o "Capital") para operar con ellas durante el ejercicio.
Realizar manualmente el asiento de apertura, aunque posible, es un proceso propenso a errores, especialmente si tu negocio tiene un volumen considerable de cuentas patrimoniales. Un error en un saldo inicial puede distorsionar toda la contabilidad del año. Aquí es donde un software de gestión se convierte en tu mejor aliado.
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No es recomendable. Debe realizarse el primer día del ejercicio, aunque en la práctica algunos negocios lo registran después (siempre dentro del mismo ejercicio). Retrasarlo puede afectar a la trazabilidad contable.
El asiento de apertura no se modifica. Los cambios se reflejarán en asientos posteriores durante el ejercicio.
Es la base para elaborar el balance de situación inicial y otros estados financieros. Un error en el asiento de apertura, el primero del ejercicio, afectaría a todos los informes del año.