Un contrato de prácticas es muy buena opción si se desea incorporar a la empresa a recién titulados para que complementen su formación.
A la hora de contratar personal debemos tener en cuenta todas las modalidades de contratos que existen. Un contrato de prácticas es muy buena opción si se desea incorporar a la empresa a recién titulados para que complementen su formación. Si optamos por este tipo de contrato, tendremos una serie de bonificaciones y reducción de costes laborales. A continuación las analizamos.
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Un contrato de trabajo en prácticas es aquel dirigido a profesionales con una determinada formación que quieren un puesto de trabajo que les permita aprender el desarrollo del mismo.
Su objetivo es que la persona contratada obtenga la práctica profesional adecuada a su nivel de estudios.
Lógicamente, no se puede contratar a cualquier persona con un contrato de prácticas. Existen determinados requisitos que tiene que cumplir tanto el trabajador como la empresa. Vamos a verlos.
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El contrato deberá formalizarse por escrito y deberá constar:
El período de prueba no podrá ser superior a:
Una vez formalizado el contrato, el empresario tiene la obligación de comunicarlo al Servicio Público de Empleo en el plazo máximo de 10 días hábiles.
Cuando finalice el contrato no podrá concertarse un nuevo periodo de prueba, computándose la duración de las prácticas a efectos de antigüedad en la empresa.
El contrato no podrá tener una duración inferior a 6 meses, ni superior a 2 años. De hecho, ya hemos visto más arriba que un mismo trabajador no podrá estar contratado más de 2 años con la misma titulación.
Eso sí, hay que tener en cuenta que las bajas, sea por el motivo que sea, interrumpen el cómputo de la duración del contrato.
Es indiferente si la jornada es a tiempo completo o parcial.
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Es la fijada por los convenios colectivos para los trabajadores en prácticas. En el caso de que no se indique nada al respecto, el salario no podrá ser inferior al 60% durante el primer año y al 75% durante el segundo año del salario fijado para un trabajador que desempeñe el mismo o equivalente puesto de trabajo.
Y, lógicamente, en ningún caso podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional.
En el caso de trabajadores contratados a tiempo parcial, el salario se reducirá en función de la jornada pactada.
Como todos los demás, el contrato en prácticas se extingue cuando expira el tiempo convenido.
Además, la empresa o el trabajador podrán dar por finalizado el contrato con un preaviso de 15 días mínimo si el contrato tiene una duración superior a 1 año.
El incumplimiento de este plazo dará lugar a una indemnización equivalente al salario correspondiente a los días en que se haya incumplido el plazo. Es decir, si el trabajador no da ningún día de preaviso, se descontarán 15 días del sueldo. Y lo mismo ocurre para el empresario.
En este tipo de contratos, la extinción de la relación contractual no da derecho a una indemnización al trabajador. Sin embargo, sí que computan para cobrar el paro.
En el caso de que el contrato se extinga tras el máximo de 2 años y la persona continúe trabajando, se entenderá prorrogado como contrato ordinario por tiempo indefinido.
Cuando finalice el contrato, el empresario deberá entregar al trabajador un certificado de prácticas donde se indique el periodo de prácticas, el puesto desempeñado y las tareas realizadas.
Las empresas que contraten trabajadores de prácticas tendrán una serie de beneficios:
Realmente las ventajas son muy superiores a los inconvenientes. Aunque la empresa debe tener claro que el objetivo del contrato es complementar la formación teórica obtenida en la titulación que da opción a formalizar este tipo de contrato. El perfil profesional de este trabajador será de aprendiz y, por lo tanto, necesitará apoyo, en ningún caso sus labores pueden sustituir las de un puesto de un perfil superior.