Recogemos los aprendizajes de varias charlas en las que hablamos sobre éxito empresarial con CEOs cuyas empresas están liderando diferentes sectores.
El éxito nunca puede ser entendido como una meta, porque una vez cruzas esa línea imaginaria, fijada por cada persona o compañía en función de sus objetivos y aspiraciones, siempre hay un después. Un día después, una semana después, unos años después… Por eso, si el éxito es un proceso, no un fin, quizá sería mejor entender el emprendimiento como una carrera de fondo con metas sucesivas, en la que se trata de administrar los esfuerzos, superar obstáculos y, sobre todo, disfrutar del recorrido.
Para reflexionar sobre las diferentes concepciones del éxito —y del fracaso— y recoger buenos consejos desde la pura experiencia, Holded Magazine reunió a personas que lideran negocios consolidados y con cierto reconocimiento en el marco de la gira de su Invernadero Emprendedor.
En la capital catalana conversaron Josep Plana, CEO de La Puta Suegra, una empresa dedicada a “las superproducciones” con sede en tres ciudades globales —Nueva York, Ciudad de México y Barcelona— y Óscar Valledor, CEO de PJ Lobster, una empresa dispuesta a revolucionar el sector de las ópticas con un pionero sistema de suscripción que permite renovar cristales y monturas con mayor regularidad. ¿Qué tenían en común? Ambos son proyectos maduros, ambiciosos y entienden el éxito como un camino, no una meta.
Para Josep, el éxito es seguir superando retos, crecer cuando parece que hacer “algo más bestia” es imposible. En definitiva, superarse una y otra vez. “En un evento de los que estábamos organizando, teníamos ahí sentado al presidente de los Estados Unidos. Y quizás a los CEOs más importantes de todo el mundo. ¿Podemos hacer algo más? Claro que podemos”, aseguró con una sonrisa cargada de confianza.

Por su parte, Óscar, defendió que el éxito es relativo, tremendamente subjetivo. En su opinión, siente que su compañía está “muy lejos de donde quieren llegar a nivel de concepto y a nivel de impacto de tamaño de empresa”, si bien también reconoce sentirse “orgulloso” por los empleos creados y los impuestos que pagan. Eso es un éxito, claro que sí. Sea como sea, recomienda no ser demasiado eufórico cuando las cosas van bien y tampoco hundirse cuando el negocio se tambalea: “Tienes que controlar siempre esa emoción e intentar mantenerte lo más frío posible”.
En este sentido, Valledor recomienda “aprender a vivir con la presión” y, sobre todo, tener paciencia, una palabra muy poco "sexy" en los tiempos de la inmediatez. “Para tener éxito hace falta tiempo, y para que transcurra ese tiempo necesario tienes que ser muy consistente y muy paciente”, subrayó el CEO de la óptica digital, en referencia a grandes marcas consolidadas por todas conocidas, muchas con más de 20 y 30 años de historia.
"Para tener éxito hace falta tiempo, y para que transcurra ese tiempo necesario tienes que ser muy consistente y muy paciente".
Óscar Valledor, CEO de PJ Lobster
“Me gusta la presión”, añadió Josep Plana, quien considera que las situaciones incómodas en una situación de crisis te obligan a ver las cosas desde otra perspectiva. “La de event planner es una de las cinco profesiones más estresantes de todo el mundo. Te acostumbras, la normalizas y ya no es presión”, apuntó.
Los errores forman parte del aprendizaje, coincidieron. Por eso, el CEO de La Puta Suegra anima a los emprendedores “a seguir su intuición, sin fijarse demasiado en la competencia para diferenciarse”. Al arriesgarse, existen más posibilidades de fallar, pero “sin correr riesgos es imposible avanzar”, aseguró Plana, quien trabaja en equipos multidisciplinares —de historiadores del arte a ingenieros o arquitectos— porque la creatividad es su valor principal. “Nos escogen por nuestras ideas —continuó—, porque ofrecemos algo que nadie está ofreciendo”.
"Sin correr riesgos es imposible avanzar".
Josep Plana, CEO de La Puta Suegra
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En la misma línea, PJ Lobster aconseja a los nuevos emprendedores a salirse de la senda marcada por la competencia y explorar con la mirada muy larga: “Nosotros tenemos siempre un plan financiero muy medido a 12 meses vista, y luego trabajamos con horizontes temporales de tres, cinco años, pero son mucho más cualitativos y mucho menos cuantitativos. Intentamos proyectar o imaginar cómo debería ser esta compañía dentro de cinco años“.
El invernadero de las ideas hizo una segunda parada en Tot Studio, en Valencia, y allí estaban convocados los responsables de Guruwalk, Closca y Glowfilter, tres empresas con raíces en la llamada ciudad de la luz (y de las Fallas) con clientes diseminados por todo el mundo.
El éxito llega pasito a pasito, como en la marcha atlética, según Cynthia Cappella, CFO de Guruwalk, la comunidad internacional más grande de free tours del mundo, con presencia en más de un centenar de países. El secreto es atreverse, experimentar, sin grandes cambios en el producto, sin demasiados vaivenes que puedan inquietar a los consumidores, “pero sí cambios pequeños todo el rato, porque todo es susceptible de mejorar”.
“Siempre, siempre, siempre, hay margen de mejora”, dijo la portavoz de una marca cuyos principales valores son “la disponibilidad y la experiencia”. Ni lo primero ni lo segundo se consigue de manera inmediata, requiere mucho esfuerzo, mucho trabajo, muchos pasos en la dirección adecuada.
"Siempre, siempre, siempre, hay margen de mejora".
Cynthia Cappella, CFO de Guruwalk
Lo saben bien en Closca, una compañía fundada en 2013, la más veterana de las tres. Dinámica y creativa, Closca está convencida de su impacto en las ciudades a través de productos con “un toque de estilo, diseño y buen gusto”, como subrayó su ideólogo y CEO, Carlos Fernández. Quieren que cambien las cosas, innovar para liderar la transformación de las ciudades, y para eso ofrecen productos que fomentan nuevos hábitos, muchos más sostenibles. Ahí están el casco, el producto estrella, relacionado con la movilidad sostenible.
Pero también se abrieron a fabricar botellas termo ecofriendly que evitan cientos de botellas de plástico al año. O la aplicación ‘Closca’, que localiza más de 240.000 fuentes de agua gratuita en todo el mundo y facilita la recarga, evitando así el uso de botellas de plástico de un solo uso. Así, la start-up valenciana impulsada por Fernández pretende inspirar un cambio social, pero también está dispuesta a abrirse a diferentes líneas de producto y servicio.
“Hablaré de éxito cuando consiga que una comunidad de millones de personas tenga nuestra app, cuando la marca sea conocida y apreciada por sus valores”, afirmó el fundador de la marca. “Closca no es una marca egocéntrica que solo piensa en ella, sino que se abre a otras. Es una comuna, un movimiento, una marca de marcas”, añadió el director ejecutivo de Closca, en referencia a sus proyectos con Amazon, Metromadrid y Starbucks, colaboraciones en las que ellos aportan valor y a cambio reciben “un salto en velocidad, en tamaño y en impacto”.
"Hablaré de éxito cuando consiga que una comunidad de millones de personas tenga nuestra ‘app’, cuando la marca sea conocida y apreciada por sus valores".
Carlos Fernández, CEO de Closca
“El éxito es estar constantemente motivado para seguir trabajando día a día”. En estos términos se expresó Lorenzo Remohi, CEO de la empresa dermocosmética valenciana Glow Filter, quien quiso compartir su visión del emprendimiento, muy cruda, para nada romantizada: “Con mucha probabilidad te va a ir mal. Y si tienes suerte de que te vaya bien, no bajes los brazos porque como bajes los brazos te irá mal. Y esa es la realidad de emprender”.
En un primer momento, la estrategia de la marca especializada en productos y tratamientos de belleza cofundada por la influencer Marta Lozano, fue intentar llamar la atención, generar mucho ruido a través de las redes sociales, admitió Remohi, pero también creando y participando en grandes eventos.
“Queríamos estar en muchos medios de comunicación, que la gente reconociera rápidamente lo que es Glow Filter. Fue un reto que conseguimos en relativamente poco tiempo y ahora nuestra prioridad es otra. Nos centramos en cosas que muestren mejoras reales al cliente, como un trato más personalizado y específico”, cuenta este empresario que aconseja confiar en uno mismo para superar los diferentes obstáculos.
“Muchas cosas no dependen ni siquiera de nosotros”, advirtió, en referencia a la pasada pandemia del covid-19 y la subida de los aranceles, pero emprender también es “superar situaciones que no se pueden controlar”.
"El éxito es estar constantemente motivado para seguir trabajando día a día".
Lorenzo Remohi, CEO Glow Filter
Las tres empresas también hablaron del fracaso desde la “humildad”, una palabra muy repetida en la segunda jornada, y descartaron volver al pasado para cambiar alguna de sus decisiones. Como dijo Capella, de Guruwalk, “cada parte del camino te enseña algo; tienes que sufrir las cosas, tienes que pasarlas para aprender”.

En la tercera y última (por este año) de las jornadas del Invernadero Emprendedor, el pasado 12 de junio en el Espacio OUT, tomaron la palabra los responsables de Folch Studio, TaxDown y Civitatis.
“Para mí, un millón de followers no es una comunidad, sino seguidores. Una comunidad tiene mucho que ver con el sentido de pertenencia de esa persona con la esencia, el valor o la misión de tu empresa, que conecte espiritual y emocionalmente con eso”, razonaba en el Invernadero madrileño Rafa Martínez, alma mater de Folch Studio, una agencia con unos 15 años de vida e incontables ramificaciones. De la agencia salió una productora, de la productora salió un proyecto musical, después una agencia tipográfica y un proyecto educativo.
"Una comunidad tiene mucho que ver con el sentido de pertenencia de esa persona con la misión de tu empresa, que conecte emocionalmente con eso".
Rafa Martínez, fundador de Folch Studio
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En resumen, de las diferentes experiencias, con la adquisición de ciertas habilidades, han surgido nuevos proyectos. Folch Studio ya no es un simple proveedor, sino una marca, subraya Martínez, quien recuerda como un punto de inflexión ese salto conceptual: “El gran cambio fue dejar de pensar en nosotros mismos en términos de proveedor y empezar a pensar en términos de marca. Sobre todo desde la lógica de prestador de servicios, en el momento que empiezas a pensar en ti mismo como marca, empiezas a pensar la relación que se establece con otras marcas y te das cuenta que hay muchísima audiencia, gente a la que le interesa tu criterio”.
“¿Puedo tener una comunidad de personas interesadas en una plataforma que sirve para pagar impuestos?”, se preguntó con ironía Álvaro Falcones, cofundador y coCEO de TaxDown, una start-up fundada en 2019 cuyo objetivo es ayudar a cualquier persona sin conocimientos fiscales a hacer correctamente la declaración de la renta, la alternativa digital a Renta web de la AEAT.
Lo que sí puede conseguir, aseguró, es poner a la persona en el centro y dirigirse a ella con palabras sencillas. Y no menos importante: también han conseguido que muchos ahorren una media de 400 euros por declaración aplicando deducciones que no figuran en el borrador. Así han conseguido unos cuatro millones de usuarios en España y México en un tiempo récord.
En esta misma línea, TaxDown aprovecha todas las posibilidades de la inteligencia artificial para agilizar ciertos procesos y ofrecer una aplicación sencilla que permite hacer muchos trámites administrativos de manera eficiente desde casa, sin tener que ir de ventanilla en ventanilla, con varios modelos de suscripción. “El 80% de los trabajos que veis, literalmente ya no existen. Lo que pasa es que la gente no se ha dado cuenta y siguen andando por la calle como si nada pasase”, alertó Falcones, quien explicó que hace algo más de cuatro años estuvieron reunidos con el fundador de OpenAI, Sam Altman, en San Francisco.

“Nos enseñó ChatGPT antes de que nadie lo viese y es una de las experiencias más bestias que he vivido en mi vida, no me lo podía creer. Volvimos a casa y construimos muchas cosas. Por ejemplo, antiguamente hacíamos catas de servicio, un trabajador escuchando las conversaciones de los asesores fiscales con la gente. Ahora mismo tenemos un ‘bicho’ capaz de analizar 20.000 conversaciones en un día y pasarme un informe”.
"[Sam Altman] nos enseñó ChatGPT antes de que nadie lo viese y es una de las experiencias más bestias que he vivido en mi vida, no me lo podía creer".
Álvaro Falcones, cofundador y co-CEO de TaxDown
Civitatis, una compañía líder en la distribución online de actividades y visitas guiadas en español en los principales destinos turísticos, también está exprimiendo al máximo las posibilidades de la inteligencia artificial, lo que les permite ser más eficientes. Como en TaxDown y tantas otras compañías, esta tecnología disruptiva libera al equipo humano de las tareas más mecánicas.
“Hemos detectado procesos que se pueden automatizar para que los equipos puedan dedicarse a los casos más complejos y la gente lo agradece”, explicó su CEO, Enrique Espinel, experto en marketing y operaciones en el sector turístico a nivel global.
"Hemos detectado procesos que se pueden automatizar para que los equipos puedan dedicarse a los casos más complejos, y la gente lo agradece".
Enrique Espinel, CEO de Civitatis
Las tres empresas esperan seguir creciendo en los próximos años, y para que eso pase deberán seguir siendo los mejores ofreciendo soluciones. En el caso de Civitatis, Espinel espera que la marca siga cogiendo ese “valor emocional” que haga que la gente quiera disfrutar de sus viajes con ellos. Por su parte, el representante de TaxDown no sabe cómo serán los impuestos del futuro, pero sí tiene claro que la gente siempre querrá “no pagar de más y hacerlo en menos tiempo”.
Normalizar la presión, tener paciencia, atreverse con caminos inexplorados, generar una verdadera comunidad… Todos estos consejos para alcanzar el éxito y mantenerlo en el tiempo tienen un enorme valor. Seguro que servirán para que otros muchos proyectos en un estado menos desarrollado puedan seguir creciendo y consolidarse.