Contabilidad

Gastos de envío: Cómo elegir el precio correcto

Almudena Galán

Comprar por internet y recibir nuestro pedido en la puerta de casa es muy cómodo. Pero esa comodidad tiene un precio.

Todos los negocios tienen que decidir los gastos de envío que van cobrar por cada venta, teniendo en cuenta el coste del empaquetado, el transporte y el tiempo invertido, entre otros detalles.

Si creíamos que era difícil poner precio a nuestros productos, es que todavía no nos habíamos parado a pensar en los gastos de envío. Algunos vendedores optan por dejar un coste fijo, mientras que otros reducen los gastos de envío en función del pedido. Y también están los que deciden repercutir el importe en el precio de los productos para ofrecer envíos gratuitos.

¿Pero cuál es la cantidad adecuada? ¿Qué gastos de envío debería elegir el dueño de un e-commerce para aumentar la rentabilidad? ¿Es mejor ofrecer gastos de envío más baratos o más rápidos?

¿Por qué es importante elegir una estrategia de gastos de envío adecuada?

La política de gastos de envío de nuestra tienda online es determinante para que el cliente tome una decisión de compra. De hecho, es probable que nuestra estrategia nos esté haciendo perder ventas.

Imagínate que un cliente nuevo llega a tu página web en busca de un producto que le gusta y lo añade al carrito. Pero al final la compra se lleva una amarga sorpresa al comprobar que los gastos de envío han subido demasiado el coste del pedido que deseaba hacer. En ocasiones, estos gastos pueden superar incluso al precio del propio producto, lo que afecta directamente a la decisión de compra.

Según el estudio Smarter Strategies for Free Shipping (Estrategias inteligentes para el envío gratuito) realizado por UPS, el coste de los gastos de envío es la principal causa de abandono del carrito de la compra. Es decir, que debemos buscar un equilibrio entre ofrecer un servicio atractivo y conseguir que sea rentable.

gastos de envío

Cómo escoger la estrategia de gastos de envío adecuada

Vivimos en una sociedad que nos ha inculcado la cultura de lo inmediato. Queremos las cosas y las queremos ya. Y eso es fundamental a la hora de hacer compras online. ¿Cuántas veces has desistido de pedir algo a través de AliExpress porque va a tardar alrededor de un mes en llegar?

Esto es importante porque nuestra empresa debe ofrecer a los clientes el servicio de entrega más rápido y barato posible sin perder dinero. Pero, claro, si esto fuera fácil, todos los comercios tendrían entrega gratuita de un día para otro.

Lo primero que tenemos que tener claro para escoger la estrategia es cuánto nos cuesta cada envío. Veamos cómo hacer estos cálculos.

Cómo calcular los gastos de envío

Una de las formas más sencillas de calcular los gastos de envío es recurrir a una calculadora online. De esta forma, obtendremos al momento estimaciones de precio en función del pedido. Para ello, necesitamos los siguientes datos:

  1. Origen y destino de los envíos.
  2. Peso del paquete.
  3. Dimensiones del paquete.
  4. Velocidad del envío y tiempo de entrega.
  5. Tipo de producto (si se trata de mercancías peligrosas o frágiles).
  6. Seguros.
  7. Opciones de seguimiento.
  8. Coste del embalaje.
  9. Tiempo de preparación.
  10. Impuestos internacionales.
  11. Empresa transportista y suscripciones al servicio.

Cómo repercutir el coste en el cliente

No obstante, es importante tener en cuenta que, aunque nosotros paguemos 12 euros por enviar un paquete, eso no significa que tengamos que cobrárselos al cliente. Al menos en concepto de gastos de envío.

Pongamos por ejemplo que tenemos una tienda de velas aromáticas que vendemos a 8 euros. Pero claro, entre el peso, el embalaje, la preparación y demás, los gastos de envío se suben a 7 euros.

¿Le cobramos al cliente casi la misma cantidad por el producto que por el pedido? Es una opción, pero ¿y si le ofrecemos la vela a 12 euros y los gastos de envío a 3 euros? Y mejor aún, ¿por qué no ofrecer cada vela a 15 euros y gastos de envío gratuitos?

Esta última estrategia es especialmente recomendable, ya que los gastos de envío gratuitos nos pueden hacer percibir que el producto es más barato (aunque en realidad no sea así). Y es que a los consumidores nos fascina tanto la palabra mágica “gratis” que muchas veces ni siquiera nos paramos a pensar lo que hay detrás.

Aunque los requisitos legales de la venta por internet son bastante estrictos, en cuestión de gastos de envío tenemos bastante libertad. Por eso, el dueño del negocio es el encargado de escoger la estrategia que le parezca más atractiva.

cómo calcular gastos de envío

Tipos de gastos de envío

Una vez que hemos calculado los gastos de envío, llega el momento de escoger quién los va a pagar y cómo. Para ello, debemos decidirnos por uno o más tipos de gastos de envío. Hay diversas opciones y podemos incluir todas las creamos oportunas.

Ahora bien, los vendedores con más solera suelen recomendar reducir las opciones de envío para evitar la indecisión y la confusión del cliente. Las cosas, si son simples, entran mejor por el ojo (y por el bolsillo).

Gasto de envío fijo

Esta opción consiste en establecer un coste de envío fijo por cada pedido, independientemente del gasto que el cliente realice. No obstante, está en desuso, porque no supone ninguna motivación para el consumidor.

Por otro lado, para el vendedor tampoco es especialmente rentable, porque solo podrá cubrir una parte de los gastos de envío. Sin embargo, esta técnica puede funcionar si el precio que ofrecemos es muy bajo.

Gasto de envío variable

Esta opción es incluso menos atractiva que la anterior, ya que supone poner unos gastos de envío fijos que van aumentando a medida que añadimos productos al carrito. No obstante, para muchas pymes humildes y vendedores pequeños es la única opción que tienen para no perder dinero. Por eso es una de las más utilizadas en plataformas como Etsy.

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Por peso y tamaño

Algunas tiendas escogen una tarifa de envío en función del peso y del tamaño. Esto implica que se debe incluir en la descripción de los productos sus dimensiones y su peso.

Si nos decantamos por esta alternativa, es aconsejable consultar las tarifas de diferentes empresas de transporte, ya que puede haber mucha diferencia de precio. Además, también hay que tener en cuenta que algunos transportistas tienen la política de no llevarnos el paquete hasta la puerta de casa si no hay ascensor cuando sobrepasa un determinado peso (lo dejan en el portal). Y eso puede ser un problema para cierto tipo de clientes.

Envío gratis

La mejor opción es no cobrar gastos de envío. Esta estrategia siempre garantiza un aumento de las ventas y un mayor porcentaje de conversión, algo que podremos comprobar de un vistazo con una herramienta de gestión de inventarios. No obstante, corremos el riesgo de perder dinero si no la implementamos bien.

Pero no tenemos por qué ofrecer esta opción a todo el mundo. Por ejemplo, podemos dar esta ventaja a los nuevos clientes, a los veteranos o a aquellos que celebran su cumpleaños.

Por otro lado, también hay que pensar en los envíos internacionales o a determinadas zonas de un país, puesto que pueden salir especialmente caros. En el caso de España, los gastos de envío a Ceuta, Melilla, Islas Canarias e Islas Baleares se incrementan. La mayoría de las tiendas establecen un coste de portes especial a estos territorios que se cobra aparte.

Gastos de envío según el importe

Es una de las opciones que más se utilizan hoy en día. Se establece un precio fijo de envío y, a partir de cierto gasto, los portes son gratis. Para los vendedores es una opción muy rentable, ya que los clientes suelen animarse a incluir más cosas en el carrito.

Sin embargo, a algunos consumidores no les gusta que se les “obligue” a gastar más de lo que tenían pensado, por lo que muchas veces pueden acabar desistiendo de realizar el pedido. Asimismo, el vendedor corre el riesgo de asumir un elevado gasto si el paquete es especialmente grande o pesado.

Recogida en tienda

Si tenemos tienda física, podemos dar al cliente la opción de que venga a recoger gratis el pedido al local. Esta posibilidad es interesante, ya que el cliente puede “picar” y aprovechar la visita para comprar algo más.

Además, últimamente se están poniendo muy de moda las entregas gratuitas en puntos de recogida o taquillas. Si no tenemos comercio físico, puede ser una idea interesante.

Suscripciones o tarifa plana

También podemos establecer una tarifa plana anual o mensual a bajo coste. A cambio, durante el tiempo de la suscripción, todos los pedidos que haga el cliente tendrán gastos de envío gratuitos. Esta idea puede ser muy lucrativa, ya que muchos clientes pagan el servicio y luego no lo utilizan.

tipos de gastos de envío

¿Puedo ofrecer gastos de envío gratuitos sin perder dinero?

El envío gratuito se ha convertido en uno de los principales reclamos a la hora de hacer compras online. Pero, al igual que puede impulsar nuestro negocio, también nos puede llevar a la quiebra.

Entonces, ¿cómo consiguen muchos minoristas ofrecer gastos de envío gratuitos sin reducir sus ganancias? Spoiler alert: no lo hacen.

Piensa en todas esas ofertas publicitarias en las que se remarca la palabra “gratis” con letras grandes y colores llamativos. Seguramente encontremos justo al lado (aunque de una manera mucho menos sugerente) un pequeño asterisco. Y es que nada en esta vida es gratis. Pues lo mismo ocurre con los gastos de envío.

Hay comercios con un volumen de negocios tan descomunal que sí que pueden asumir estos costes. Seguramente, llegados a este punto a todos se nos venga a la cabeza Amazon, que por una suscripción anual nos ofrece gastos de envío gratuitos, entregas al día siguiente (e incluso en unas horas), servicio de televisión bajo demanda, almacenamiento en la nube y muchísimas otras cosas que seguramente ni sus clientes sepan. Pero, claro, gigantes como Amazon hay muy pocos.

Sin embargo, sí que podemos recurrir al conjuro mágico de los gastos de envío gratis utilizando ciertos trucos de marketing, la creatividad y las matemáticas. Algunas de las técnicas más habituales son las siguientes:

  • Ofrecer este tipo de envío a ciertas personas, como a los clientes habituales o a los nuevos.
  • Ofrecer envíos gratuitos en pedidos al por mayor.
  • Repartir el coste entre el precio de los productos, como ya hemos visto.
  • Proponer una tarifa fija a través de suscripciones mensuales o anuales.

Cómo reducir los gastos de envío

Seamos sinceros: el envío es un coste que ningún cliente quiere pagar. Por eso es importante buscar medios para que incluso a nosotros mismos nos salgan más baratos. Algunos de los trucos que podemos aplicar son:

  • Buscar embalajes adaptados al tamaño del contenido que sigan protegiendo el producto.
  • Investigar las suscripciones a distintos servicios de mensajería para poder hacer envíos más económicos.
  • Buscar suministros de embalaje con descuento.
  • Garantizar que la dirección del cliente es correcta a través de un software de gestión de clientes que genere las etiquetas de envío automáticamente.
  • Etiquetar y embalar correctamente el paquete según las instrucciones del transportista.

Entonces, ¿qué gastos de envío debo poner en mi tienda online?

Como ya hemos visto, escoger el precio adecuado de los gastos de envío es fundamental para buscar un equilibrio entre la satisfacción del cliente y evitar las pérdidas. Y es que este coste es determinante para que el consumidor tome la decisión de compra.

Pues bien, lo ideal es ofrecer gastos de envío gratuitos siempre que se pueda, especialmente si nos queda margen para aumentar el precio de los productos a costa de reducir el envío. Además, también es muy importante encontrar el método más rentable y competitivo para entregar los pedidos en el menor plazo posible. El triunfo absoluto ofrecer entregas en un día o dos con gastos de envío gratuitos… o a bajo coste, en cualquier caso.

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