Maximiliana ha conseguido que las personas mayores tengan el móvil que necesitan

Hablamos con Jorge Terreu, CEO de Maximiliana, la empresa que está facilitando la comunicación de las personas mayores con un móvil hecho a su medida.

“No sé cómo va esto, hijo”, “Ay, creo que he dado al botón de colgar”, “No te veo, no sé si estoy tapando la cámara o se ha estropeado algo”… Si te suenan estas expresiones es que sueles hablar con algún familiar o persona cercana mucho mayor que tú. Precisamente por eso, sabrás que los móviles que solemos utilizar no facilitan precisamente su comunicación: letras pequeñas, botones confusos, agendas interminables para buscar el nombre de un familiar… Era cuestión de tiempo que alguien tomase cartas en el asunto.

Y esa persona es el emprendedor zaragozano Jorge Terreu, fundador de Maximiliana, que, viendo los problemas al hablar con su abuela cuando él estaba en Lyon y ella en Zaragoza. Decidió que eso no podía seguir pasando, entonces creó un móvil hecho a medida para ella: botones muy grandes, agendas personalizadas con fotos, llamadas entrantes que se activan directamente, o un sistema de llamadas de emergencia. 

Hablamos con él para que nos cuente todo sobre acercar la tecnología a los más mayores. Y, por supuesto, hablamos de abuelas. Más concretamente de Maximiliana (la abuela de Jorge) y de Conchita, la abuela de su socio, Pedro Malo, quien lo está petando como influencer de la marca.

¿Cómo se pasa de tener una idea a tener una app como la tuya?

Todo empezó con mi abuela Maximiliana. Vivía en Zaragoza, yo en Lyon, y hablar con ella por móvil era imposible porque la tecnología no estaba hecha para ella. Como ingeniero, me obsesioné con una idea: hacer un móvil que funcionara solo, sin que ella tuviera que aprender nada. Creé un primer prototipo y vi que no solo le servía a ella, sino que había miles de familias con el mismo problema.

Pero una idea no es nada sin trabajo. No teníamos recursos, ni contactos, solo la convicción de que esto tenía sentido. Aprendimos de todo, probamos, corregimos y seguimos adelante sin rendirnos. Hoy tenemos más de 3.000 móviles activos y seguimos creciendo, pero no porque tuviéramos la solución perfecta desde el principio, sino porque nos mantuvimos cerca del problema y nunca dejamos de mejorar.

¿Cuál fue la mayor dificultad para llevarlo a cabo?

La mayor dificultad fue coger el ritmo de llevar una empresa de verdad. Pasar de ser un ingeniero con una idea a gestionar un negocio con clientes, empleados, proveedores… Al principio, pensaba que todo era cuestión de construir un buen producto, pero pronto me di cuenta de que eso era solo una parte. De repente, tenía que aprender sobre impuestos, recursos humanos, marketing, logística… todo a la vez y sin margen de error.

Además, entendí que nunca estás de “vacaciones completas”. Da igual que sea domingo o que estés fuera unos días, siempre hay algo que atender. Aprender a convivir con eso sin quemarte es clave. Pero al final, lo que te mantiene en marcha es saber que lo que haces tiene impacto real. Cada llamada de un familiar agradecido, cada mayor que se conecta gracias a Maximiliana, te recuerda por qué empezaste y por qué merece la pena seguir.

¿Has tenido asesoramiento/ayuda de emprendedores senior durante el desarrollo?

Sí, desde el primer día hemos buscado el apoyo de emprendedores con más experiencia. Una de las claves ha sido rodearnos de gente que ya había pasado por este camino y aprender de ellos. En este sentido, la Asociación de Jóvenes Empresarios de Zaragoza ha sido un pilar fundamental. Nos hemos apoyado mucho en su red, en sus consejos y en su experiencia para tomar mejores decisiones y evitar errores que otros ya habían cometido antes.

Emprender es un camino solitario si intentas hacerlo todo por tu cuenta, pero cuando tienes acceso a personas que han pasado por lo mismo, todo se hace un poco más fácil. Sus consejos sobre gestión, financiación, crecimiento y resiliencia nos han ayudado a afrontar cada etapa del proyecto con más confianza y claridad.

 ¿Cómo te sientes al impactar de una forma tan positiva en la vida de los más mayores?

Es increíble. Al final, empezamos esto por una necesidad personal, pero cuando ves que lo que has creado está ayudando a miles de familias, es una pasada. Recibir mensajes de nietos, hijos o incluso bisnietos diciendo que ahora pueden hablar con su abuelo sin problemas, que ya no sienten esa angustia de no saber si están bien… eso no tiene precio.

Lo mejor es cuando te llaman mayores directamente para darte las gracias. Gente de 90, 100 años diciéndote que nunca pensaron que podrían usar un móvil y que ahora hablan con su familia todos los días. Ahí es cuando entiendes que todo el esfuerzo y los momentos duros han tenido un impacto real. Es una sensación brutal.

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¿Cuál ha sido el mensaje que más te ha emocionado de los usuarios? 

Uno que me llegó hace muy poco y me tocó especialmente fue el de una chica de mi edad, que me escribió para contarme que su padre, con apenas 50 años, tenía Alzheimer. Habían probado de todo: móviles adaptados, aplicaciones especiales… pero nada les había funcionado hasta que descubrieron Maximiliana. Me dijo que, por primera vez en mucho tiempo, podían comunicarse con él sin complicaciones, sin que se perdiera con los botones o se sintiera frustrado. Ese mensaje me removió por dentro.

¿Crees que los emprendedores más jóvenes no suelen pensar en el target más senior?

Creo que la gente joven adora a las personas mayores, pero a la hora de emprender muchos buscan los sectores más obvios; crean apps para el gran público, marketplaces, redes sociales, SaaS… porque es lo que ven a su alrededor y lo que parece más “cool”. Pero en realidad, hay un mundo enorme de oportunidades en sectores que pueden parecer menos atractivos a primera vista, como el de los mayores.

¿Qué parte de la gestión es la más importante para vosotros?

Para nosotros, la clave está en encontrar el equilibrio entre orden y creatividad. Si solo tienes orden, te conviertes en una empresa rígida, sin margen para innovar ni adaptarte. Y si solo tienes creatividad, todo es caos y nunca se avanza de forma sólida. La magia está en combinar ambas cosas: ser ágiles y creativos para resolver problemas de forma original, pero con una base de gestión bien estructurada que nos permita crecer sin descontrol.

¿Qué habéis aprendido en estos años en lo que a gestión se refiere? ¿En qué crees que habéis evolucionado? 

Estos años nos han enseñado a identificar mucho más rápido qué cosas tienen potencial y cuáles no. Antes, probábamos más ideas sin filtro, dedicábamos tiempo a caminos que luego no llevaban a ningún sitio. Ahora hemos afinado el instinto para ir directos a la esencia de los problemas y sus soluciones, sin perder tiempo en lo que no aporta valor.

También hemos aprendido a comunicarnos de forma mucho más directa. Cuando arrancas, das muchas vueltas para decir ciertas cosas, evitas conversaciones incómodas o intentas endulzar mensajes. Con el tiempo, te das cuenta de que lo mejor es ir al grano, hablar claro y asegurarte de que todo el equipo está alineado. Nos ha hecho más ágiles y eficientes en la toma de decisiones.

¿Os ayuda Holded en esa gestión?

Totalmente. Llevamos usando Holded desde hace 2 o 3 años y nos ha ayudado muchísimo a mantener toda la parte de facturación ordenada y a tener una comunicación fluida con nuestra gestora. Antes funcionábamos con correos, hojas de cálculo y carpetas en Drive, y era un auténtico lío macabeo.

Y no es solo el desorden en sí, sino la sensación de desorden, que es igual de mala. Tener todo centralizado y automatizado nos ha dado mucha tranquilidad y nos permite enfocarnos en lo realmente importante sin estar perdiendo tiempo en papeleo y gestión manual.

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¿Cómo surgió la idea de que Conchita fuese la estrella de vuestras redes sociales?

Antes, nuestras redes apenas se movían porque hablábamos demasiado del móvil y sus funcionalidades. Un día decidimos darles un giro radical: en lugar de centrarnos solo en el producto, queríamos resaltar el valor de las personas mayores y todo lo que pueden aportar. Ahí fue cuando entró Conchita.

Conchita es la abuela de mi socio Pedro y es una persona espectacular. Empezó compartiendo trucos, recetas y su forma increíble de comunicar… y lo ha petado. La gente se ha enamorado de ella, y gracias a su naturalidad hemos construido una comunidad brutal. Hoy tenemos más de 400.000 seguidores entre todas las redes, y el impacto ha sido enorme, no solo para Maximiliana, sino para dar visibilidad y reconocimiento a los mayores en la sociedad.

Aunque el target de Maximiliana sean los más mayores, sois un proyecto muy joven y con mucho recorrido. ¿Cuáles son los siguientes pasos para Maximiliana?

Maximiliana todavía tiene muchísimo recorrido por delante. Ahora mismo, nuestro objetivo principal es llegar a muchas más familias en España. Tenemos más de 3.000 móviles activos, pero sabemos que hay miles de personas mayores que se sienten solas y a las que nuestra tecnología puede ayudar. Queremos alcanzar los 10.000 móviles en los próximos 2-3 años y consolidarnos como la solución de referencia para conectar a los mayores con sus familias.

Además, estamos dando los primeros pasos en la expansión internacional, especialmente en Europa y Latinoamérica, donde el problema es el mismo. A nivel de producto, seguimos mejorando el móvil y trabajando en nuevas tecnologías, como la pulsera con telecomunicación de baja frecuencia que estamos desarrollando junto a la universidad. Y en redes, queremos seguir creciendo para dar aún más visibilidad al valor de los mayores en la sociedad, con el objetivo de crear una comunidad de más de un millón de personas en los próximos 12 meses.