
Eduardo lo tiene muy claro. En sus propias palabras, “en mi vida siempre han existido dos hilos muy conectados: primero, crear un entorno de trabajo positivo que impulse el rendimiento y el compromiso del equipo. Y segundo, no separar nunca mi vida personal de la profesional, manteniendo siempre una actitud de cuestionamiento constante: qué hago, por qué lo hago y cómo puedo mejorar”.
Esta mentalidad, sumada a una clara visión del sector, fue clave para que Eduardo Ybarra creara Dattechs, una empresa de sistemas de gestión de tareas basada en inteligencia artificial. “Las empresas tradicionales en las que he desarrollado mi carrera (construcción e ingeniería) no son muy receptivas al cambio y no se sienten cómodas con profesionales con esta actitud. Es más fácil perder horas y talento procesando datos que pensar en cómo automatizar procesos y conseguir que las personas se centren en aportar valor real a la empresa”.
Después de toparse una y otra vez con los mismos muros, Eduardo tomó una decisión valiente: emprender el difícil camino del emprendimiento y dedicarse a ayudar a otras empresas en su transformación digital. Lo que muchos vieron al principio como una locura —incluso con cierto escepticismo desde su tierra natal—, hoy es una historia de éxito. Cinco años después, las mismas voces que se reían ya no lo hacen tanto.
“En España debería haber una estrategia fuerte para apoyar a las empresas locales que están generando alto valor.”
Uno de los mayores retos que ha tenido que enfrentar ha sido la resistencia al cambio, muy arraigada en muchos sectores. Tras años trabajando con consultoras que ofrecían productos de bajo valor añadido a precios elevados, muchos empresarios estaban completamente desencantados. Esto provocó que la transformación digital ni siquiera fuera una posibilidad para muchas compañías.
Pero en 2020 las cosas empezaron a cambiar. Las empresas comenzaron a entender qué significaba realmente la digitalización y, lo más importante, a preguntarse si la necesitaban. La crisis sanitaria fue un acelerador que puso la transformación sobre la mesa. Pese a sus muchas consecuencias, trajo algo positivo: colocó el cambio como prioridad.
No hay emprendedor que hable de sus comienzos como algo sencillo, pero tampoco hay quien no lo recomiende. Eduardo lo tiene claro:
“No tengas miedo, pero tampoco seas imprudente. Intenta combinar tu trabajo actual con tu pasión. Aumenta caja y negocio antes de lanzarte a rondas de financiación... Hay miles de startups que son simplemente insostenibles. Tienes que saber gestionar la escasez y anclarte a un sentimiento potente al que puedas aferrarte cuando el camino se ponga difícil. Esa determinación es la que te va a mantener en marcha.”
En su opinión, uno de los grandes problemas de las grandes corporaciones es que “las decisiones se toman con una postura defensiva, por personas que temen por su puesto y, por tanto, solo toman decisiones de bajo riesgo”.
Tener una motivación fuerte y un objetivo claro es, para Eduardo, el verdadero punto de partida. Como arquitecto técnico, vio venir que su rol tendría poco futuro. Ya había vivido la crisis del ladrillo y estaba convencido de que vendría otra. Esa sensación de urgencia —esa certeza de que no había vuelta atrás— fue el motor que lo llevó a reinventarse.
Para Eduardo, tener el control del negocio no es negociable. Compara la gestión empresarial con capitanear un barco: sin brújula ni timón, el destino es hundirse. Con experiencia en herramientas como SAP, SAGE o NAVISION, tenía claro desde el inicio que dirigir una empresa con Excel y papel no solo era ineficiente: era un riesgo. Para él, la estructura, la visibilidad y el control son los pilares de un negocio sólido y escalable.
“Descubrí Holded a través de Flipboard y fue un flechazo instantáneo. Para mí, Holded lo tiene todo a un precio imbatible. Me encanta que el soporte técnico sea rápido y en español, el modelo de negocio es muy similar al nuestro, el diseño es impecable, se sincroniza con los bancos... **¡Y el nuevo CRM es una pasada! Simplemente genial.”

