Tras diversas colaboraciones con otros profesionales, en el año 2.000, iniciamos nuestra andadura independiente abriendo despacho de consultoría propio y que, teníamos claro, debía apoyarse en unos pilares sólidos y bien definidos: Calidad. Profesionales de verdad (miembros del Colegio de Economistas y del Colegio de Gestores Administrativos). Mediante la prestación de servicios profesionales de calidad para el asesoramiento y ayuda en la toma de decisiones de nuestros clientes. La calidad radica en la sustentación jurídica de las decisiones, con conocimiento profundo y actualizada de la normativa aplicable, buscando siempre la solución óptima y segura jurídicamente. Accesibilidad. Honorarios dignos de la calidad del servicio, pero accesibles y flexibles para facilitar el acceso a los mismos a pymes noveles, necesitadas de asesoramiento inicial básico que comienzan su andadura con pocos recursos y poca protección, cuyas decisiones iniciales erradas por falta de asesoramiento pueden dejarlas condicionadas para el futuro. Bien es sabido que lo barato sale caro y que en la relación óptima “calidad/precio” reside la verdadera relación profesional conveniente y beneficiosa. Protección. Nuestra posición respecto nuestros clientes debe ser la de un acompañante protector. La tranquilidad de nuestros clientes es la nuestra. Tecnología. Prioridad en la uso y fomento de la utilización de las herramientas y tecnologías de la información en la relación con nuestra gestión interna de despacho como en la relación con nuestros clientes así como con las administraciones.

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