Todo sobre los principios contables

Repasamos cuáles son los principios contables: por qué existen, de dónde vienen y para qué sirven.

Introducción

¿Qué son los principios contables?

¿Cuántos y cuáles son los principios contables básicos?

Principios contables: ejemplos

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Antes de entrar a mayores con los principios contables, es necesario hacer una pequeña parada en la que abordar los cimientos de todo este concepto. Para ello, nada mejor que preguntar: ¿cuál es exactamente el objetivo final de la contabilidad? Elaborar las cuentas anuales de una empresa en funcionamiento para así proporcionar una imagen fiel de su situación financiera y económica. Además de efectuar un control periódico de la misma.

¿Qué son los principios contables?

Con esto en mente, puede decirse entonces que los principios contables son toda una serie de normas básicas que deben respetarse para que las cuentas muestren una imagen totalmente fiel al patrimonio, las finanzas y los resultados de la empresa.  Ni más, ni menos.

 

Ahora bien, hay que tener en cuenta todo un conjunto de factores de vital importancia a la hora de considerar estos principios…

 

  • Los principios contables están estipulados rigurosamente en la Primera Parte del Plan Contable, cuyo título es ‘Marco Conceptual de Contabilidad’. Otra normativa contable importante está reflejada en el Código de comercio y la restante legislación mercantil. Ahora bien, en todos los casos, estos principios tienen algo en común: son de aplicación obligatoria.
  • Los principios contables afectan a la confección de los estados financieros, que son aquellos datos que muestran todo lo que la empresa posee, todo lo que debe, sus gastos e ingresos, sus beneficios y pérdidas a lo largo de los años. Estos estados financieros son indicativos, por ejemplo, del nivel de solvencia de la entidad o de su grado de endeudamiento (en el caso de que  exista).
  • Los estados financieros son públicos y solo es necesario acceder al Registro Mercantil para consultar las cuentas anuales de una empresa. Estas cuentas que acaban reflejadas en el registro deben haberse realizado siguiendo los principios contables, y de ahí viene su importancia.

¿Cuántos y cuáles son los principios contables básicos?

Existen un total de seis principios contables básicos. Y a continuación vamos a verlos uno a uno para que queden bien claros…

1. Devengo

El Plan General Contable define el devengo de la siguiente forma:

“Los efectos de las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando ocurran, imputándose al ejercicio al que las cuentas anuales se refieran, los gastos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de su pago o de su cobro.”

Esto significa que los ingresos y gastos de una empresa han de anotarse debidamente en el momento en el que ocurren en vez de cuando ya se han cobrado o pagado.

¿Qué se consigue con el principio de devengo? Que la cuenta de resultados (o la de pérdidas o la de ganancias) de un año refleje exclusivamente los ingresos y gastos que se ha realizado en ese mismo año. Y, por lo tanto, si se aplica correctamente este principio, obtendremos una visión real de patrimonio y de la situación contable de una empresa en ese año concreto.

2. Uniformidad

Volviendo al Plan Contable, esto es lo que dice al respecto del principio de uniformidad:

‘Adoptado un criterio dentro de las alternativas que, en su caso, se permitan, deberá mantenerse en el tiempo y aplicarse de manera uniforme para transacciones, otros eventos y condiciones que sean similares, en tanto no se alteren los supuestos que motivaron su elección. De alterarse estos supuestos podrá modificarse el criterio adoptado en su día; en tal caso, estas circunstancias se harán constar en la memoria, indicando la incidencia cuantitativa y cualitativa de la variación sobre las cuentas anuales’.

Este principio indica que, una vez se hayan establecido unos criterios fundamentales para la aplicación de los principios contables, estos deben mantenerse y no pueden cambiarse. A no ser que cambien las circunstancias que nos llevaron a establecer esos principios concretos, lo que sí que nos dará la oportunidad de renovarlos.

Esto implica que los principios establecidos han de mantenerse en el tiempo y, sobre todo, es necesario que cubran todos aquellos activos patrimoniales que tengan exactas características. Si se modifican estos criterios, será imperativo reflejar el motivo en la memoria.

3. Prudencia

Por mucho que, ya por su propio nombre, parezca fácil determinar la naturaleza del principio de prudencia, aquí va la definición según el Plan Contable:

‘Se deberá ser prudente en las estimaciones y valoraciones a realizar en condiciones de incertidumbre. La prudencia no justifica que la valoración de los elementos patrimoniales no responda a la imagen fiel que deben reflejar las cuentas anuales’.

De nuevo, la cosa no queda demasiado clara (sobre todo, porque el Plan Contable se extiende mucho más después de esta apertura). Pero, en resumidas cuentas, este principio marca una diferencia básica entre los ingresos y los gastos a la hora de ser registrados. En el caso de los ingresos, estos deberán ser registrados en el momento en el que se devenguen. Y, en el caso de los gastos, deberán registrarse en el instante en el que sean conocidos por parte de la empresa.

4. No compensación

Recurramos de nuevo al Plan Contable para una definición del principio de no compensación:

‘Salvo que una norma disponga de forma expresa lo contrario, no podrán compensarse las partidas del activo y del pasivo o las de gastos e ingresos, y se valorarán separadamente los elementos integrantes de las cuentas anuales’.

Esto significa que las cuentas de activo nunca podrán compensarse con las de pasivo, ni tampoco podrán compensarse ingresos con gastos. Todas estas partidas deben ser valoradas de forma independiente y mantenerlas por separado. Dicho de forma definitiva y bien clara: una empresa nunca puede compensar lo que debe con lo que le deben. Por mucho que, de entrada, este podría parecer un buen método para librarse de las deudas. 

5. Importancia relativa

‘Se admitirá la no aplicación estricta de algunos de los principios y criterios contables cuando la importancia relativa en términos cuantitativos o cualitativos de la variación que tal hecho produzca sea escasamente significativa y, en consecuencia, no altere la expresión de la imagen fiel’.

Esto es lo que el Plan General Contable estipula al respecto del principio de importancia relativa.

Y viene a decir que, al fin y al cabo, si una actividad económica no tiene un impacto considerable en la imagen fiel de la situación financiera de una empresa, puede considerarse la no aplicación de los principios contables. Al fin y al cabo, estos principios solo deben reflejar los hechos económicos que tengan una relevancia vital.

6. Empresa en funcionamiento

El Plan Contable establece el principio de empresa en funcionamiento de la siguiente forma:

‘Se considerará, salvo prueba en contrario, que la gestión de la empresa continuará en un futuro previsible, por lo que la aplicación de los principios y criterios contables no tiene el propósito de determinar el valor del patrimonio neto a efectos de su transmisión global o parcial, ni el importe resultante en caso de liquidación’.

Hablando en plata: en el momento de confeccionar las cuentas, se hace sobre el supuesto de que la empresa mantendrá su actividad en un futuro próximo. De hecho, según este último principio, el mínimo período de funcionamiento es de 12 meses. Aunque está claro que el objetivo de toda aventura empresarial es ser longeva mucho más allá del año de existencia…

Principios contables: ejemplos

¿Las respectivas definiciones de todos estos principios contables no te han dejado los conceptos suficientemente claros? Terminemos de definirlos entonces usando los siguientes ejemplos…

  • Devengo. Pongamos, por ejemplo, que una empresa realiza una compra de mercancía por valor de 500 euros en diciembre del año 2020, pero que realmente debe pagarse en marzo del año 2021. Este ejercicio, según el principio de devengo, deberá considerarse en la contabilidad del año 2020 y no en la de 2021.
  • Uniformidad. Consideremos un caso en el que una empresa en concreto establece un método específico para calcular el valor de las materias en su almacén. Una vez elegido este método, deberá mantenerse en el tiempo… Pero, de repente, las circunstancias económicas aconsejan cambiar el método de valoración para calcular su valor y, por lo tanto, solo en ese caso es posible cambiar también el método para calcular su valor. Obviamente, será necesario reflejar este cambio en la memoria.
  • Prudencia. La misma definición es un ejemplo en sí mismo. Pero pongamos un caso un poco más complejo: ¿cómo debemos reconocer un pago futuro por una reclamación que nos ha efectuado un tercero? Debemos valorar económicamente la contingencia que se produce y reconocer en el ejercicio que se cierra, como gasto, el importe a desembolsar en el futuro, incluyéndolo en el pasivo del balance.
  • No compensación. Imagina que un banco le concede un préstamo a una empresa y que, como es obvio, esta debe afrontar el pago periódico de unos intereses. Además, la empresa tiene una cantidad económica a plazo fijo en este mismo banco y, de hecho, recibe ciertos intereses gracias a ello. ¿Puede entonces compensar el gasto de los intereses del préstamo con los ingresos de los intereses del dinero a plazo fijo? Según el principio de no compensación, no. No puede.
  • Importancia relativa. Si una empresa resulta que tiene un gasto de un importe realmente ínfimo y, de hecho, este gasto no supondrá ningún tipo de incidencia en la imagen fiel de la situación financiera de la misma, ¿puede entonces saltarse alguno de los principios contables establecidos? Sí, puede. Así lo estipula el principio de importancia relativa.
  • Empresa en funcionamiento. Los principios que rigen una empresa en pleno funcionamiento y una empresa en liquidación no son los mismos. Por lo tanto, pongamos que una empresa deja de estar “en funcionamiento” y entra en proceso de liquidación. ¿Qué ocurre? Que también deberán cambiar los métodos de valoración de sus activos y pasivos.