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Consejos financieros para jóvenes emprendedores

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Crear una empresa no es tarea fácil, de hecho, sacar adelante una compañía de reciente creación es una de las cosas más complejas a las que se puede enfrentar una persona en su trayectoria profesional. De entre todas las cuestiones que ha de tener en cuenta el joven emprendedor, la cuestión financiera tal vez sea la más importante, porque de ella depende la supervivencia inmediata y –sobre todo– a medio plazo de su empresa.

Por ello, en este artículo vamos a ver una serie de consejos que pueden ayudar a consolidar la salud financiera de un nuevo negocio:

El tiempo es dinero

Cuando uno abre un negocio, una de las cosas de las que carece más a menudo es del tiempo, pues necesita hacer muchas cosas y hacerlas de inmediato. Por eso, perder el tiempo en reuniones infinitas con trabajadores, cliente y proveedores es uno de los errores más graves en en los que puede incurrir un joven emprendedor.

Más aún: todo el tiempo que se está derrochando en esas reuniones es tiempo improductivo, con lo que es fácil encontrarle una traslación al ámbito económico. Ese tiempo es dinero perdido, y eso puede desembocar en una situación financiera difícil.

Hay que prepararse para un escenario complicado

Tal vez te ocurra sin merecerlo, porque normalmente ocurre de ese modo. Quizás suceda que la venta que esperabas cerrar con un cliente nunca llegue, y las cosas empiecen a ir peor de lo esperado. En ese sentido, siempre es bueno tener una red de seguridad financiera para dar el salto emprendedor.

En algunas guías relacionadas, recomiendan tener reservados de seis a nueve meses en ahorros por si las cosas no fueran del todo bien. No obstante, siempre hay que esperar lo mejor y tratar de fijar objetivos realistas para que esa esperanza se vaya cumpliendo en plazos cortos.

Aprende a administrar el flujo de efectivo

Una de las razones más comunes por las que las empresas fallan es porque se quedan sin efectivo. Eso nunca debe pasar, pues el flujo de efectivo es la primera métrica financiera que el joven emprendedor debe aprender a controlar para poder dirigir una empresa. Si uno no sabe de dónde procede el dinero y a dónde va, entonces tiene pocas posibilidades de sobrevivir.

Establecer objetivos claros

Ya lo hemos adelantado antes, hay que marcarse objetivos realistas; pues bien, esos objetivos también deben ser claros. Cuando uno arranca un negocio siempre pierde demasiado tiempo en definir el concepto, pero, más allá de darles vueltas a éste, lo que en realidad pide el negocio es probar la idea con los clientes potenciales.

Establece hitos medibles y ponte fechas límites para pasar por ellos, de modo que se pueda rastrear el camino que te ha llevado hasta el primer objetivo y los sucesivos. Lo bien definido que esté el objetivo será clave a la hora de enderezar el rumbo de la empresa.

Controla los gastos

Al principio siempre hay muchas cosas que hacer y dinero por gastar, es como cuando se entra en una casa nueva, en la primera etapa todo son gastos. En este sentido, es importante crear un sistema de seguimiento de los gastos cada mes para poder controlarlos y tener la información a mano cada vez que sea preciso analizarla. El orden lleva al control de gasto, y el control de gasto conduce a la salud financiera, que es lo mismo que tener salud en la empresa.

Trabaja para encontrar los primeros clientes

Sin clientes no hay negocio, eso has de tenerlo siempre claro. Por ello, en lugar de invertir todo tu tiempo y tu dinero en encontrar un concepto de marca, diríjete a un perfil de cliente concreto y pregunta: ¿comprarías mi producto? Si la respuesta es negativa, pregunta por qué no. Si es afirmativa, sigue esa línea, porque lo estarás haciendo bien. Cuanto antes des ese paso, antes echará a andar el negocio.

Sobre todo, si estás en posición de abrir un negocio, trata de no hacerle la pregunta inicialmente a todos tus amigos, porque el comentario no será del todo objetivo. Haz la prueba de venderle el producto a gente que no conoces y, por lo tanto, no tiene miedo de darte una negativa que te hará crecer.

Reduce los gastos fijos

Una de los grandes problemas a los que se suele enfrentar una empresa de inicio es el de los gastos fijos, que muchas veces están más altos de lo que deberían. En las primeras etapas del negocio, es una gran decisión mantener los gastos fijos lo más bajos posibles, porque los ingresos tal vez no sean lo cuantiosos que se desearía. Si hay que alquilar un local barato, se hace. La idea es avanzar con paso firme, sobre todo a nivel financiero, porque de lo contrario, con cualquier titubeo la empresa se puede ir al garete.

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